Buenos Aires, 13 nov (Sputnik).- La coincidencia ha sido casi unánime entre los medios de comunicación argentinos al momento de evaluar el tercer y último debate electoral de los dos candidatos presidenciales: el postulante oficialista y ministro de Economía, Sergio Massa, arrinconó a su rival, el ultraderechista Javier Milei, sin que el diputado lograra enrostrarle la crisis económica que dejará la actual gestión.
A una semana de las elecciones generales, el aspirante presidencial de la coalición peronista gobernante Unión por la Patria logró dominar la contienda verbal con una interpelación constante a su adversario. «Por sí o por no» fue el percutor en el que se recostó Massa para acorralar al líder de La Libertad Avanza, buscar sus contradicciones y condicionarlo en sus respuestas.
«Evaluar el debate es difícil porque también está la perspectiva de uno y no hay indicadores duros, pero lo que se vio fue a Sergio Massa con manejo de la escena como orador y con un conocimiento del Estado y de sus recursos para intervenir en política, economía y salud», resumió en diálogo con la Agencia Sputnik el politólogo y doctor en Ciencias Sociales Sergio de Piero.
El primer eje temático sobre economía se convirtió casi en una entrevista sobre los propósitos de Milei en esta materia. El legislador y economista, que confirmó así que pretende dolarizar la economía argentina y cerrar el Banco Central (BCRA), perdió la oportunidad de interpelar al ministro de Economía sobre la elevada inflación o el aumento de la pobreza.
El referente de La Libertad Avanza, que quedó segundo en la primera vuelta electoral del 22 de octubre, intentó tomar distancia de alguna de sus propuestas más controvertidas, como la quita de subsidios o la privatización de la educación pública. El ministro y candidato sacó ventaja de las incoherencias de su contrincante, y dejó expuestas sus debilidades y falencias.
Res pública
Para Piero, profesor y director del Instituto de Ciencias Sociales y Administración de la Universidad Nacional Alejandro Jauretche, fue ostensible cómo Milei, que incursionó en política hace dos años como diputado, ignoraba cuestiones básicas sobre el funcionamiento del Estado ante un ministro que además ha sido jefe de gabinete, alcalde y presidente de la Cámara de Diputados.
«Se notó en las argumentaciones», razonó el politógo. «Massa fue más específico al anunciar decisiones más o menos concretas, y Milei cometió el error de comentar lo que decía su contrincante. Entonces siempre estábamos viendo un debate en torno a lo que el ministro proponía y las críticas del economista».
En el bloque temático sobre política exterior, el referente de La Libertad Avanza asumió que el Estado no tenía nada que ver en el comercio entre países y que era un asunto entre privados. El titular el Palacio de Hacienda no dejó pasar la oportunidad y lo acusó de promover las guaridas fiscales. «Las relaciones exteriores se establecen con las regulaciones que establecen los países. No podemos caer en perjuicios ideológicos», reprochó.
Cuestionado por su adversario, el legislador y economista tuvo que retractarse una vez más de sus críticas al papa Francisco y se metió en apuros cuando reivindicó a la exprimera ministra británica Margaret Thatcher, además de generar una confusa analogía futbolera con la Guerra de Malvinas de 1982 que provocó el repudio de los excombatientes de aquel conflicto con el que Argentina intentó recuperar la soberanía del archipiélago.
Con el dominio del eje discursivo, Massa no tardó en poner sobre la mesa la «templanza, el equilibrio mental y el contacto con la realidad» que necesita un presidente para gobernar Argentina, y ante el cuestionamiento de su contrincante sobre si él cumplía las condiciones, el candidato oficialista aprovechó para pedir de nuevo que ambos se sometan a un examen psicofísico.
Sombra de Macri
A la defensiva durante gran parte del debate, que es de carácter obligatorio, Milei se vio condicionado por el pacto electoral que suscribió con Mauricio Macri a instancias del expresidente conservador (2015-2019) apenas concluida la primera vuelta de las elecciones, pese a que uno de los lemas de campaña que logró hacer exitoso a Milei fue su diatriba contra la casta política.
«La alianza que hizo Milei en la misma noche de las elecciones generales es difícil de traducir para su electorado, que se construyó en base al rechazo de toda la clase política, con críticas tanto al kirchnerismo y al macrismo», planteó De Piero. «De esa deriva viene esto, con parte del discurso de Milei que eran argumentos escuchados ya a Macri, como las metáforas futbolísticas».
En el único acto que realizó la semana pasada, el líder de la Libertad Avanza recurrió a la disyuntiva de cambio o continuidad, una consigna que caracterizó la campaña electoral de la excandidata presidencial de la alianza opositora Juntos por el Cambio (centroderecha), Patricia Bullrich, cuyo jefe político es Macri.
Con la apropiación segmentada de la prédica macrista, «el mensaje de Milei, que era claro en cuanto a su rechazo a todo, queda atravesado por ese discurso distinto de Macri, lo que volvió menos sólida la argumentación de un hombre que no tiene ninguna experiencia seria en la militancia política», manifestó el politólogo.
La oportunidad de acorralar a la gestión gobernante por la crisis económica también la perdió la compañera de fórmula de Milei, Victoria Villarruel, en el debate electoral que protagonizó la semana pasada junto con el postulante a vicepresidente del oficialismo, Agustín Rossi.
«En lugar de encarar y atosigar al compañero de Massa con la inflación, se dedicó a hablar de los genocidas» de la última dictadura cívico-militar, recordó De Piero. «No es solo un error, es la construcción política que están teniendo: es una derecha complicada con una lectura extraña que no centraliza los problemas cotidianos de la gente, porque si no, hablarían todo el tiempo de inflación».
Tras la segunda vuelta de las elecciones generales, previstas para el próximo domingo 19, la nueva gestión asumirá el 10 de diciembre, día en que la nación sudamericana cumple 40 años ininterrumpidos de democracia. (Sputnik)
