jueves 2, mayo 2024
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Argentina apuesta por una revolución de la mano de un presidente de ultraderecha

Buenos Aires, 20 nov (Sputnik).- Con la holgada victoria de Javier Milei en las elecciones presidenciales del domingo en Argentina, irrumpe un vendaval de cambios políticos, económicos, sociales y culturales que dan el puntapié inicial del nuevo ciclo histórico que encara el país sudamericano.

Los 14,4 millones de votos (55,6 por ciento de los sufragios) que logró el líder de la coalición de ultraderecha La Libertad Avanza, frente a los 11,5 millones (44,3 por ciento) que optaron por el excandidato oficialista y ministro de Economía, Sergio Massa, fueron un golpe sobre la mesa: un rechazo mayoritario a la política tradicional que encarnaba a la perfección el titular del Palacio de Hacienda.

Era difícil entender desde el exterior cómo podía ganar la presidencia quien había duplicado la inflación durante su gestión como ministro en un país con una pobreza ascendente que superaba el 40 por ciento. La leyenda de David y Goliat se resignificó así en Argentina: un recién llegado a la política, con un partido creado hace apenas dos años, fulminó a quien hace apenas una semana lo vapuleaba frente a las cámaras con la astucia de quien tenía todos los resortes del poder.

«Los números no cierran por ningún lado: empobrecimiento, aceleración de la inflación, mayor precariedad… la gente no tenía motivos palpables para votar al oficialismo», señaló a la Agencia Sputnik la escritora e investigadora Maristella Svampa. «El hartazgo, la necesidad del cambio y la alternancia, aunque esta sea un salto al abismo, pudo más que la valorización de nuestra sociedad en sus rasgos democráticos».

La micromilitancia, que en los últimos días se movilizó para contrarrestar el avance de la ultraderecha, fue «conmovedora, porque desbordó las diferencias políticas, pero no alcanzó ni fue suficiente», añadió la socióloga. «Y no lo fue porque básicamente esa micromilitancia estaba desconectada de las políticas públicas, de un programa económico inclusivo: macropolítica mató micromilitancia», expresó.

Por su contundencia y por su impacto, el triunfo de Milei en la segunda vuelta no tiene precedentes. El politólogo Santiago Rodríguez Rey, magíster en Consultoría y Comunicación Política, recordó a esta agencia que «la única referencia de balotaje en Argentina fue en 2015 y el ganador, Mauricio Macri (2015-2019), sacó poco más de dos puntos de diferencia».

Hoy el mapa de Argentina se ha teñido de morado, en una escala cromática que acentúa este color en las provincias más grandes del país exceptuando Buenos Aires (este), bastión del peronismo, en el que vive el 37 por ciento de la población y en donde hubo casi un empate. En las provincias productivas de Córdoba (centro), Mendoza (centro-oeste) y Santa Fe (centro-este), la predilección por Milei fue abrumadora. Su apoyo fue consistente también en el norte y en el sur, y así prevaleció en 21 de los 24 distritos del país.

«Donde creció la minería o donde hubo desarrollo económico, ligado por ejemplo a Vaca Muerta (principal reserva de hidrocarburos no convencionales, en la provincia de Neuquén, suroeste), los números son fuertes para Milei, al igual que en donde estuvo el motor de la economía, lo que habla de la relación entre el Gobierno y los sectores productivos más allá de los que están asentados en el área metropolitana de Buenos Aires», evaluó Rodríguez Rey.

Presidencialismo a prueba

En el cambio de paradigma que promoverá como nuevo presidente, Milei ya ratificó tras su victoria que privatizará empresas estatales como la petrolera YPF, y los medios estatales de comunicación: la agencia Télam, y la Radio y la Televisión Pública.

«En Argentina se dice que hay un híperpresidencialismo que nunca se ratifica como tal, porque el Poder Legislativo está en manos de la misma fuerza que accede al Ejecutivo», contextualiza el politólogo. «Salvo en cuestiones impositivas, los presidentes tienen las manos bastante libres. Vamos a ser testigos de cuál es la capacidad real de la presidencia en Argentina y de cómo se actúa en soledad», agregó.

En el Congreso, el mandatario electo tendrá entre la posibilidad de convocar sesiones extraordinarias para evitar que entre en recesión hasta marzo, debido al verano austral. Si prefiere que el Parlamento no sesione, solo trabajará la Comisión Bicameral que aprueba los decretos de necesidad y urgencia (DNU) en los que se apoyaría Milei para adoptar sus primeras medidas.

Por más que pase de 3 a 37 escaños en Diputados y de 0 a 7 en el Senado, La Libertad Avanza apenas tendrá el 14 por ciento de las bancas en la Cámara baja y menos del diez por ciento en la alta. Necesita del apoyo parlamentario que le brinden los legisladores del partido PRO que responden al expresidente Mauricio Macri (2015-2019) y ni aun así le alcanza.

Con 79 apoyos en Diputados y 16 en el Senado que podría llegar a sumar, Milei está por debajo del tercio de los escaños que le salvaría en ambas cámaras de un posible juicio político.

En ese camino incierto que tiene por delante, Argentina se encuentra además sin proyecto de presupuesto para 2024. «A Milei no le conviene tenerlo, porque podría rectificar el actual y moverse con libertad», sostuvo el especialista en comunicación política.

El presidente electo no podrá privatizar el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, pero puede cambiar su estructura. No tendrá resquicios para modificar el Ministerio de la Mujer, pero sí para eliminarlo. El líder de la Libertad Avanza también podría nombrar al presidente de la Corte Suprema por decreto hasta que sea ratificado.

Resistencias

Habrá que ver, por otro lado qué grado de represión ejerce el nuevo Gobierno ante la rebeldía en las calles que se opondrá al abrupto ajuste estatal, de alrededor del 15 por ciento de producto interior bruto (PIB), que plantea Milei, quien ya avisó que «no habrá lugar para gradualismos ni para la tibieza».

«Sabemos que hay gente que se va resistir, que quiere mantener privilegios. A ellos les digo: dentro de la ley todo; fuera de ella, nada», sentenció el economista en su primer discurso tras la victoria, mientras a sus espaldas un logo muy similar al de la Casa Blanca lo presentaba como «presidente electo República Argentina».

Para Svampa, «habrá que remar y duro para empezar a pensar y crear un espacio de centro-izquierda poskirchnerista, democrático y radical, en el sentido prístino del término». La socióloga responsabilizó al kirchnerismo de haber conducido al país hasta la situación actual, mientras que considera que la izquierda identificada con el trotskismo «no estuvo a la altura».

«La derecha pactó con la ultraderecha. Se cerró un ciclo; comienza otro. Seamos conscientes de ello», advirtió. «Pero no nos den por muertos antes de tiempo. La Argentina tiene reservas de lucha que son plurales, aguerridas, democráticas que resistirán y recrearán otros lenguajes de izquierdas», añadió.

Milei asumirá la presidencia el próximo 10 de diciembre, día en que Argentina cumple 40 años desde su regreso a la democracia. (Sputnik)

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