lunes 29, abril 2024
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De aplaudir a Chávez a vender popis

El día que Hugo Chávez, ebrio de poder arengaba a las masas contra el imperio, los venezolanos empezaron a cavar la profunda fosa de la a pobreza. El discurso del “proletarios del mundo entero, uníos…”, durante más de un siglo, no ha funcionado, los regímenes de izquierda solamente enriquecen a los dirigentes, quienes manejan al pueblo a su antojo y destruyen al capitalismo en aras del bien común, según su discurso. La izquierda solo produce pobreza: el caso más claro es la Cuba de los Castro, donde pasaron a ser un país terriblemente pobre, mientras que en los años cincuenta eran junto a Panamá y Puerto Rico, los tres países más ricos de América latina.

Los ricos producen riqueza, por amor al dinero desde luego que no al prójimo, no, para el rico la riqueza es su cielo y lo demás es circunstancial.

A mediados de siglo XX la instauración de regímenes con garantías sociales, mejoraron el estado de la clase obrera, sin causar en realidad ningún daño a los ciudadanos adinerados. Esa fue la razón de una paz social en Costa Rica que, setenta años después nos continúa protegiendo y que ha atraído tantas personas a vivir entre nosotros, buscando su tranquilidad y posibilidad de desarrollarse que su patria les ha negado.

Las Garantías Sociales no pasaron de estar escritas en papel muerto, en la mayoría de los países mesoamericanos; la inmensa diferencia ha resultado en intranquilidad y zozobra, tan manifiesta en nuestro vecindario, que bala más bala menos, nos ha traído tanto luto.

Hoy, cuando los Pogromos voluntarios hacia EEUU están llenos de venezolanos, los vemos vendiendo “popis” por doquier, para ganar algún dinero. Las esquinas de nuestras ciudades están llenas de gente desesperada, que busca una mejor condición de vida, engañosamente, cuando hace poco más de cuatro decenios nadaban en “petrodólares”, que se los llevaron los militares y las fuerzas políticas, hasta que ya no hubo más y vino la mala hora.

Venezuela sigue llenando los depósitos de las grandes refinerías estadounidenses, empobreciendo aún más a la Patria de Bolivar, gracias a un petróleo barato; mientras eso sucede, los hijos de Sánchez ya no pueden vivir y se han dedicado a “vender popis” para sobrevivir.

La riqueza no es la madre de la pobreza, ambas condiciones han convivido siempre, así ha estado estructurado el mundo siempre, en medio de los extremos discurre la vida.

(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es médico

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