domingo 28, abril 2024
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El camino laberíntico de la literatura

Si bien el gigante literario latinoamericano: Julio Cortázar**siempre abogó por el compromiso del escritor, compromiso ideológico y social de su obra, hubo muchos otros, vg. Gustave Flaubert, Marcel Proust y otros, que vieron la literatura como un bote salvavidas; buscando salvar sus propias y tormentosas vidas así mismo las vidas de los lectores.

Si el lector toma la literatura como recreación, eligiría la idea de Flaubert*, si es un intelectual comprometido con su mundo, se adhiere a Cortázar**.

La toma de conciencia del escritor en su narrativa, no necesariamente refleja la realidad del mundo que lo rodea (Por ejemplo J.L. Borges), es decir su pensamiento no queda necesariamente plasmado en un personaje ni en una situación.

Un caso muy nuestro (Mario Vargas Llosa), pasó de una militancia izquierdista a un pensamiento liberal, y no pudo abstenerse de dejar plasmada su huella en sus personajes (Le dedico mi silencio, su última novela, confirma cuán involucrado está su pensamiento político con su creación literaria.).

Yo le llamo honestidad intelectual, sin necesidad de adherirme o discrepar de su ideología, no, incluso lo considero “el escritor mejor formado” del grupo del Boom latinoamericano, no estoy diciendo ni mucho menos que fuera el mejor escritor, porque en realidad es muy difícil decir quién lo fue. Quizá lo fueron todos quizá ninguno, es difícil tomar un camino dogmático sin equivocarse (No creo que la distinción del premio Nobel sea tan seria a nivel mundial, hay muchos titulares demasiado cuestionables, no solo en literatura), por tanto Estocolmo no es un juez imparcial. Pero con o sin el Nobel de literatura, Vargas Llosa ha sido gigantesco (aunque en una entrevista, J.L. Borges dijera: “yo no lo conozco”.), su producción muy extensa y su metamorfosis ideológica portentosa(tampoco digo que me guste una u otra, pero ha sido honesta), esta posición no hace más que crear tres tipos de personas: los que lo aman, los que lo odian y los indiferentes.

La literatura es un camino laberíntico, tremendamente múltiple en sus acepciones y sus discrepancias, en el impacto o no sobre los seres humanos, individual o colectivamente.

La poesía, una manera de expresión humana, muy humana, es quizá la más compleja de ubicar dentro del universo literario, porque la vasta mayoría de los poetas no están comprometidos con la ideología política, por lo menos son quienes menos la involucran en su creación, con la salvedad de muchos que crecieron bajo el alero del Soviet.

En todos esos laberintos de letras, acechan millones de monstruos: ángeles y demonios por igual, que pretenden introducirse en nuestras mentes apenas les abrimos la puerta(abrir la tapa de un libro es abrir una caja de sorpresas), ellos tratarán de meterse en nuestra vida.

Introducirse en la literatura es ingresar a un laberinto sin retorno, para bien o para mal, donde ni el hilo de Ariadna nos puede salvar.

*Historia de un ojo. Ensayo de Vargas Llosa acerca de Flaubert, sic “Le seul moyen de supporter l’existence, c’est de s’étourdir dans la littérature comme dans une orgie perpétuelle”.

**Obra crítica vol I II y III.

(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico

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