Montevideo, 5 ene (Sputnik).- Las relaciones entre EEUU y América Latina de cara a 2024 estarán marcadas por las elecciones presidenciales en el país norteamericano así como también por los intentos de Washington por frenar la influencia de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en la región.
La administración de Joe Biden se enfocará en combatir la influencia económica y comercial de Rusia y China en América Latina, especialmente en áreas como infraestructura y energía renovables y dichos sectores son los que pueden aumentar la «tensión» entre Washington, Moscú y Pekín, dijo a la Agencia Sputnik el doctor en Estudios Latinoamericanos e integrante del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), Aníbal García Fernández.
«Puede haber una mayor tensión entre los BRICS y EEUU en América Latina (…) sobre todo en temas estratégicos, como lo que tiene que ver con energía, principalmente petróleo, gas, carbón, en todo el tema de infraestructura energética, que eso es algo que se ha puesto mucho hincapié cuando se habla de la expansión de los BRICS en América Latina (…) el litio y el cobre también son estratégicos», afirmó García Fernández.
Una de las estrategias «fundamentales» que realiza EEUU para frenar las «amenazas» que representan China y Rusia en América Latina es la asignación de un mayor presupuesto para 2024, agregó.
«La mayoría de los países del hemisferio occidental ven a EEUU como el socio natural en cuestiones de gobernanza, Estado de derecho y derechos humanos (…) Los países de la región también quieren que presentemos una alternativa viable al compromiso económico de la República Popular China. Es vital que respondamos a su llamado», dijo el 7 de septiembre el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian A. Nichols, mientras hablaba sobre las prioridades presupuestarias del año fiscal 2024 para el Hemisferio Occidental.
Según el artículo «Qué esperar de las relaciones de EEUU con América Latina para 2024», realizado por García Fernández y Tamara Lajtman que fue publicado en el sitio web de la Celag, el próximo año «permanecerá como eje prioritario el esfuerzo por frenar la influencia de China y Rusia, consideradas como las principales amenazas a la seguridad nacional estadounidense en su ´patio trasero´ (…) EEUU estará avanzando sobre todo en el campo militar, y luego comercial y político para contrarrestar el avance de China y Rusia».
América Latina y el Caribe tiene un rol «muy importante» para la producción de minerales que son «esenciales en muchas de las tecnologías de energía limpia de rápido crecimiento de hoy en día – con alrededor de la mitad de las reservas mundiales de litio, y más de un tercio de las reservas de cobre y plata», se afirma en el informe «Perspectivas Energéticas de América Latina 2023», que fue publicado en noviembre de este año por la Agencia Internacional de la Energía.
Además, la región posee cerca del 15 por ciento de los recursos mundiales de petróleo y gas natural, también según este informe.
Presupuesto
En el estudio de la Celag se menciona que para el año fiscal 2024 la administración de Biden solicitó casi 2.500 millones de dólares de asistencia exterior para América Latina bajo cuentas administradas por el Departamento de Estado y la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID).
«Fue un incremento sustancial del 17,4 por ciento en comparación con 2022», remarcó García Fernández.
Asimismo, EEUU solicitó 52 millones de dólares para la Inter American Foundation (IAF) y 782 millones adicionales de asistencia exterior suplementaria de emergencia para América Latina destinada a abordar la migración irregular. En materia de medioambiente y cambio climático, EEUU destinará 370 millones de dólares, se agrega en el estudio.
Por país, los principales receptores de fondos son Colombia (444 millones de dólares para esfuerzos antinarcóticos, implementación del Acuerdo de Paz y la integración de los migrantes venezolanos); Haití (291,5 millones para restaurar las instituciones democráticas, mejorar la seguridad y abordar los desafíos económicos y de salud); y México (111,4 millones para que fortalecimiento del Estado de derecho y el combate las drogas ilícitas).
La jefa del Comando Sur, Laura Richardson manifestó en diversas ocasiones que programas como Educación y Entrenamiento Militar Internacional (IMET, en inglés) son la «principal herramienta» para contener la influencia militar de China y Rusia en los ejércitos de la región, se afirma en el estudio.
Para el 2024 fueron solicitados 16,2 millones a través de IMET para capacitar a personal de seguridad militar y civil en América Latina, lo que implica un 42,9 por ciento más en comparación con 2022, agregó.
Elecciones
Otro de los «temas principales» que marcará la relación entre Washington y América Latina tiene que ver con las elecciones que se realizarán el próximo año en El Salvador (4 de febrero), Panamá (5 de mayo), República Dominicana (19 de mayo), México (2 de junio), Uruguay (27 de octubre) y EEUU (5 de noviembre), dijo García Fernández.
Además, las elecciones en Venezuela y la disputa en Guyana por el territorio Esequibo estarán en el centro de la campaña, afirmó el especialista.
Desde hace más de 100 años Venezuela y Guyana mantienen un diferendo sobre la soberanía de la Región del Esequibo, que abarca unos 160.000 kilómetros cuadrados al oeste del río Esequibo y posee grandes reservas de petróleo.
«Cuando en EEUU hay un proceso electoral, el tema migratorio en América Latina, el comercio bilateral y regional y la relocalización industrial en México, Centroamérica, República Dominicana, Colombia y Ecuador, se ponen en el foco de la agenda mediática», explicó.
América Latina se prepara para un 2024 en el que tendrá a EEUU buscando mantener y ampliar su espacio de influencia, con el objetivo de no ceder terreno a un grupo BRICS que apunta a tener cada vez mayor incidencia en la región. (Sputnik)
