jueves 2, mayo 2024
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Uruguay se reconecta con su memoria colectiva en «La sociedad de la nieve»

Montevideo, 22 ene (Sputnik).- No hay ningún uruguayo que desconozca la llamada Tragedia de los Andes, el accidente de 1972 en esa cordillera sudamericana del que sobrevivieron 16 jóvenes tras pasar más de dos meses en condiciones extremas. Hoy este país vuelve a conectarse con esa proeza y lo que simboliza gracias a la película «La sociedad de la nieve».

El filme de Netflix, dirigido por J.A. Bayona y que podría representar a España en los premios Óscar a mejor película internacional, honra finalmente «lo uruguayo» de la historia, luego de que sus antecesoras, la mexicana «Supervivientes de los Andes» (1976), dirigida por René Cardona, y la estadounidense «¡Viven!» (1993), dirigida por Frank Marshall y protagonizada por Ethan Hawke, ni siquiera mencionaran la nacionalidad de los protagonistas.

Todavía se recuerda en Uruguay, con un poco de indignación y otro de risa, una escena del filme de Mashall donde el copiloto del avión manipula torpemente un mate, demostrando desconocimiento absoluto de la forma de consumir esa infusión que es casi sagrada en este país.

En cambio, en «La sociedad de la nieve», estrenada en salas de cine en 2023 y ya disponible en la plataforma de streaming, vemos a los protagonistas, veinteañeros integrantes del equipo de rugby Old Christians Club, en calles y un bar típico de Montevideo, usando la uruguayísima muletilla vocativa «¡Bo!» y hablando de «chivitos», sándwiches de carne vacuna típicos.

En el primer acto del filme, basado en el libro homónimo del escritor uruguayo Pablo Vierci (a su vez basado en el documental del mismo nombre del también uruguayo Gonzalo Arijón), se ve al capitalino Aeropuerto Nacional de Carrasco tal cual estaba en los años 70, mientras se escucha el tema «Break it all» («Rompan todo»), del grupo Los Shakers, casi un himno de la música popular de este país.

El vuelo 571 de un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya, que hacía el trayecto de Montevideo a Santiago de Chile, se estrelló el 13 de octubre de 1972 en la cordillera de los Andes con cinco tripulantes y 40 pasajeros, entre ellos 19 integrantes del equipo de rugby.

Trece personas murieron en el impacto, y en los días siguientes fueron falleciendo otras debido a las bajas temperaturas y las heridas, mientras la búsqueda desde el exterior por parte de las autoridades chilenas y uruguayas se hacía infructuosa.

Los supervivientes pasaron un total de 72 días de penurias de toda clase, apenas protegiéndose en los restos de fuselaje, resistiendo aludes y debiendo recurrir a la antropofagia para poder seguir con vida.

Finalmente, dos de los jóvenes, Fernando Parrado y Roberto Canessa, lograron escalar un pico montañoso de 4.650 metros sobre el nivel del mar y descender hasta Chile para pedir ayuda y lograr el rescate de sus demás compañeros.

Fotos conectan memoria

En ese ánimo de retratar la historia con fidelidad a sus raíces, el español Bayona recurrió a un director de fotografía uruguayo, Pedro Luque, y a los recuerdos en sus retinas de las imágenes que conocía desde pequeño.

«Para mí, esta película fue una oportunidad única de narrar una historia relacionada a mi país, en el lugar donde yo me crié, una historia que yo conocía desde niño, como la mayoría de los que vivimos en Uruguay», dijo Luque a la Agencia Sputnik.

El filme reproduce fotos de los supervivientes ya icónicas, tomadas antes y durante el vuelo, e incluso mientras estaban en los Andes esperando su rescate.

«Estas fotos existen en la memoria colectiva (uruguaya), y reconstruirlas y mostrarlas tan claramente de frente nos parecía que iba a golpear a una cuerda que iba a resonar en nuestra memoria, en algo que está guardado en algún lado de nuestro cerebro, y que cuando aparece y te la muestran, de alguna manera genera ese puente entre la realidad y la reconstrucción», explicó Luque.

No obstante, el cineasta señaló que con Bayona se plantearon el desafío de que ese realismo conviviera con un tono expresivo y puramente cinematográfico, «ese nivel de comunicación que solo las películas lo pueden dar, de transmitir una idea, un sentimiento».

Luque, director de fotografía de «No respires» (2016) y «No respires 2» (2021), entre otras, contó que el proyecto le demandó un compromiso personal desde lo emocional pero también incluso desde lo físico, dadas las condiciones en que se realizó el rodaje (filmando en parte en los propios Andes, en Sierra Nevada de España y en estudios), así como la complejidad técnica de varias escenas.

El cinefotógrafo uruguayo señaló que la película, con un presupuesto de más de 65 millones de dólares y que contó con tres unidades (equipos completos de rodaje), no hubiera sido posible sin Netflix.

«Si no hubiese sido por Netflix, que se jugaba este riesgo tan grande de hacer esta película, no era posible de hacer. Un estudio norteamericano normal, digamos, no se hubiese jugado por esta película», sostuvo.

«La sociedad de la nieve» fue premiada en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, y tiene 13 nominaciones para los próximos premios Goya de España, que se entregarán el 10 de febrero.

Tras haber sido nominada para los Globos de Oro, que otorga la prensa extranjera en EEUU, se encuentra entre las candidatas a ser incluida en la lista final de las contendientes para el premio Óscar a mejor película internacional, que será develada este martes. (Sputnik)

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