Berlín, 15 feb (Prensa Latina) Líderes de Alemania, Francia y Polonia dialogan hoy aquí en el formato del Triángulo de Weimar para coordinar nuevos envíos de armamento y logística a Ucrania.
El canciller germano Olaf Scholz, el presidente galo Emmanuel Macron y el primer ministro polaco Donald Tusk participan del diálogo precedido por tensiones entre Berlín y París en torno a temas como el eventual uso de tropas europeas o de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) o el envío de cierto tipo de armas a Kiev.
Mientras Macron reiteró la víspera en una entrevista que no se debe excluir el despliegue de tropas a Ucrania, el canciller alemán y Tusk descartaron esa posibilidad, al menos de momento.
Por otra parte Scholz rechazó el envío de misiles de largo alcance Taurus a Kiev, pero Francia mandó decenas de Scalp de características similares.
Moscú alertó en reiteradas ocasiones que mantener el suministro de armamento a Ucrania solo alargará el conflicto bélico.
Debemos entender la posición del judío francés Macron quien representa la línea dura para embarcar de pleno a la gran comunidad europea en esos hecatómbicos conflictos. Son millones de europeos que expone irresponsablemente ese psiquiátrico francés, que dice defender sus supuestos paisanos. Seguir a ciegas los mandatos e intereses del Norte, han llevado al añejo continente europeo al desastre económico-empresarial-seguridad y hasta socialmente, donde su elite franco-alemán-polaco está deseoso de hacerse el auto haraquiri. Dicen los picapleitos, “es mejor un buen arreglo que un mal pleito” y ya Ucrania está liquidada. Y el poder mediático Occidental no puede continuar engañando hacia una alocado e insensata III guerra mundial. La multipolaridad se impone. Y la supervivencia es fundamental a miles de millones de ciudadanos vivos, no zombis.