domingo 28, abril 2024
spot_img

Don Walter y Don Rodrigo: ¡Muchas gracias!

Columna Poliédrica

Escuchar a los mayores, a los que han vivido más, es una de las formas más antiguas de sabiduría. En la mayoría de culturas de la humanidad la experiencia de las personas ha sido siempre valorada, más aún cuando viene acompañada de un conocimiento especializado de lo que se habla y escribe; lamentablemente, esta valoración milenaria ha venido a menos con la irrupción de modelos económicos en que se valora negativamente el tener muchos años.

Hace unos días salió un diálogo que tuvieron don Walter Antillón y don Rodrigo Madrigal. Es un honor coincidir en la sección de opinión con don Walter quien escribe a menudo en el El País.cr y también con don Rodrigo que, la más de las veces, ha escrito en ese diario que se produce en LLorente de Tibás; se trata de un diálogo que no tiene desperdicio si consideramos que se trata de dos personas que han estado presentes en el debate nacional, al menos, en los últimos cincuenta años.

Ver: A la juventud costarricense, Una conversación con Rodrigo Madrigal Montealegre

La síntesis histórica que plantean en dicho diálogo no anda lejos de lo que hemos manifestado en esta columna. Ellos son enfáticos en indicar cuál ha sido el proceso que se ha venido dando en el mundo y en Costa Rica desde la segunda mitad del siglo XX, advirtiendo que la desigualdad entre los seres humanos lejos de reducirse se ha ampliado; la pobreza se ha profundizado y la mayoría de las personas han visto deteriorado su nivel de vida, al punto que muchos no tienen ni siquiera lo básico para vivir.

Que lo digan dos personas e intelectuales que han vivido durante todos esos años tiene un valor empírico fundamental. No es lo mismo que lo explique alguien que ha leído en los libros la historia costarricense, a que lo hagan dos personajes que fueron testigos de la construcción del Estado de Bienestar costarricense; no por casualidad tienen la posibilidad de señalar, también, las situaciones negativas que se dieron con la izquierda costarricense y, especialmente, lo acontecido con el sindicalismo costarricense con el advenimiento de la Junta Fundadora de la Segunda República y los grupos que asumieron el poder político en Costa Rica.

El diálogo entre don Walter y don Rodrigo nos llama la atención sobre lo mucho que se ha deteriorado la sociedad costarricense. En esta columna hemos sido claros en afirmar que las tesis económicas de los últimos 35 años han dado como resultado que nos hayamos convertido en uno de los países más desiguales del mundo, esto no es una valoración nuestra, es un hecho puro y duro; lo anterior ha sido ratificado por quienes han vivido este proceso de deterioro, como es el caso de dos nonagenarios que están en plenitud de sus capacidades intelectuales.

Agradezco a don Walter y a don Rodrigo que sigan dando la pelea por construir una sociedad más solidaria y menos individualista. Las nuevas generaciones necesitan de estos testimonios ante la avalancha de información tergiversada sobre la historia costarricense y de lo que en algún momento llegó a ser nuestro país; en efecto, la juventud necesita ejemplos que los inspiren a dar la pelea por una sociedad más equitativa, por la permanencia de instituciones que democratizan la salud y la educación para las nuevas generaciones.

Mil gracias don Walter y don Rodrigo por su diálogo y testimonio.

(*) Andi Mirom es Filósofo

andimirom@gmail.com

columnapoliedrica.blogspot.com

Artículo anterior
Artículo siguiente

Noticias de Interés

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias