viernes 26, abril 2024
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¿Por qué seremos tan irracionales?

Columna Poliédrica

El final y principio de año ha sido terrible y de una irracionalidad tremenda. Hay muchas personas, inclusive que podrían pasar por cultas, que evidencian la falta de información y lo irreflexivo que puede ser una persona en momentos de euforia o de desahogo; en palabras sencillas, se intenta justificar con argumentos sumamente baladíes, lo que a todas luces son actos de una ignorancia supina y de mucha incultura general.

El cuerpo de bomberos y en especial su director, ha sido insistente en indicar el peligro que corren las personas cuando manipulan lo que llaman pólvora de menudeo. El fin de año evidenció la estupidez humana de muchos individuos que no haciendo caso de las recomendaciones, dieron rienda suelta a la explosión de petardos de la más diversa especie; es decir, hay personas que no les interesa su integridad física y, probablemente, la de prójimos y prójimas que están a su alrededor.

La otra paradoja es que muchas de esas personas también tienen perros como mascotas. Cualquier persona con un mínimo de información conoce el efecto que las explosiones de pólvora provoca en los caninos, sin embargo, sus propios dueños son los que abogan por esas prácticas pirotécnicas; en síntesis, se trata de una conducta que es perjudicial para quien la realiza y para las mascotas que son objeto de esas acciones irreflexivas e insensatas.

¿Por qué los seres humanos somos tan irracionales? Vemos ese tipo de conducta en diversas actividades como, por ejemplo, la economía que a pesar de que muchas tesis económicas parten del presupuesto de la racionalidad del ser humano, lo cierto es que nuestras conductas son todo lo contrario; compramos lo que no nos hace falta, consumimos lo que perjudica nuestra salud y hacemos aquello que nos perjudica, es decir, hacemos todo lo contrario a lo que sería la recta razón.

Uno podría pensar que las personas que incurren en esas prácticas son lo peor de la especie humana, sin embargo, uno se lleva sorpresas muy grandes con individuos que defienden el uso de la pólvora. Es algo parecido a los argumentos que se suelen esgrimir en relación con los toros y el maltrato que ello supone a ese tipo de animal, siendo la defensa de las tradiciones el preferido para legitimar la barbarie; en otras palabras, no tienen la valentía de salir frente al resto de personas a decir que se trata de un negocio para muchas personas y que el vil metal es lo que está detrás de todo ese discurso de legitimación de la actividad taurina.

Por supuesto que entiendo que mucha gente vive de la pólvora, del comercio, de los toros y de su puesta en escena a través de los medios de comunicación colectiva. No obstante, ello no es impedimento para señalar con, absoluta claridad, la irracionalidad que hay detrás de ellas; en la sociedad del espectáculo, como diría Debod, no todos están enajenados y a no todos nos hace gracia la estupidez que exhiben muchos de los que participan en eso.

Francamente no se observa que la humanidad progrese para satisfacer las necesidades de sus habitantes. Lo que pasó el fin de año con la conducta de muchos costarricenses es, simplemente, el reflejo de la decadencia en que hemos caído como sociedad. Atención, no es solo un mal tico, se trata de una situación que viene aquejando a la humanidad entera y que lejos de aplacarse o revertirse, se profundiza cada día más.

Dicho al estilo costarricense: ¡Vamos como el cangrejo.

(*) Andi Mirom es Filósofo

andimirom@gmail.com

columnapoliedrica.blogspot.com

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7 COMENTARIOS

  1. Son los tiempos.Nada de peleas de gallos,no se quieren corridas de toros,la polvora molesta,si el equipo se llama los Indios de Cleveland hay que cambiarle el nombre,si la estatua del otrora heroe ya no calza con los nuevos pensamientos a derribarla,y asi podemos seguir con mil ejemplos.En fin vivimos un mundo donde un sector, solo cuitas,vive renegando y queriendo cambiar el mundo y acomodarlo a esa vision «progresista «, donde el estado ordena y los ciudadanos obedecen.Que no jodan tanto !!!

  2. Lo mismo que con la gente que pone musica a todo volumen y que suena por todo el barrio, o que le pone una mufla escandalosa al carro o la moto, etc. Hay mucha gente que tiene una necesidad incontenible de llamar la atención, creen que necesitan probarle algo a la sociedad; he pensado que a falta de inteligencia, la cual carecen para mostrar, buscan cualquier cosa para llamar la atención.

  3. Por una vez al menos estamos de acuerdo Rogelio Zepeda, vivimos en tiempos de una gentes delicuitas como decía mi querida madre en tiempos ya lejanos…no puedes mirarlos siquiera porque te acusan de no se cual imaginaria agresión y hasta puedes convertirte en una versión cotemporánea del Rey Herodes. El poema del Federico García Lorca sobre la muerte de su amigo el torero Ignacio Sánchez Mejía, en 1931, no habría existido jamás…a las cinco de la tarde, a las tarde…que no quiero verla, que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena… En fin, toda la fuerza lírica de poeta andaluz no se habría desplegado jamás. Ni poesía ni música tendríamos, estarían prohibidas.

  4. Don Rogelio, el punto que se plantea es precisamente ese: Si Ignacio Sánchez Mejía no se hubiese dedicado a esa actividad irracional, no hubiese perdido la vida y quizá, si de poemas se trata, García Lorca nos hubiese deleitado con otro tipo de creación en que la fuerza lírica del poeta granadino se hubiese desarrollado igualmente. ¿O acaso usted pretende pedirle racionalidad al Toro?

    • Tal vez el problema es que en todo lo comentado hasta el momento hemos omitido la pregunta de don Andi Mirom, el filósofo inquieto por el tema de la racionalidad de irracionalidad entre los seres humanos, no precisamente la de los toros que no viene al caso. Sucede que el homo sapiens al igual que sus antecesores no resultó ser tan sapiens como el enunciado lo proclama, mientras que no me imagino al torero Ignacio Sánchez Mejía, también poseedor de una hacienda ganadera, inscrito solamente en la racionalidad instrumental de que nos hablaba el sociólogo alemán Max Weber, aunque hay mucho de ella presente en esta última actividad. La poesía de Federico García Lorca es en todo caso hija de su tiempo, su Romancero Gitano de 1928 no es precisamente un producto racional por excelencia…pena limpia pena sola pena la de los gitanos que van por el monto solos… verde que te quiero verde.

  5. Parece que la plandemia a muchos les afectó el cerebro ,porque a mi barrio entró dos carros de bomberos por la cantidad tremenda de pólvora , yo estaba muy asustada ,en todos los años nunca se había estallado tanta pólvora como este año , gente muy irresponsable porque habían niños en la calle , por dicha mis niños estaban en la sala ,fue algo de terror, los perros estaban aterrorizados , ladraban mucho y mi abuela estaba muy asustada de que nos quemaran la casa.

  6. El artículo de Mirom, como casi siempre, dice las cosas que muchos no quieren decir porque no se atreven. A mi me gusta un juego de juegos artificiales realizados por profesionales, en lugares adecuados y ojalá previendo cualquier accidente que se pueda dar por esta actividad. Lo anterior es diferente a que haya irresponsables que el 31 de diciembre salen a explotar toda clase de pólvora, poniendo en peligro la integridad física de ellos y la de los demás; ello sin contar el riesgo de incendio que generan y el daño que le hacen, principalmente, a los perros cuya sensibilidad auditiva es infinitamente más grande que la de los seres humanos. Realmente es un retroceso y como lo dice el autor, una irracionalidad absoluta lo que hacen estas personas.

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