Wolfsburgo (Alemania), 10 sep (dpa)- El intenso sol y la dicha de los niños no encajaban hoy con el ambiente oscuro de la selección alemana de fútbol, un día después de perder por 4-1 contra Japón como local en Wolfsburgo.
El entrenador, Hansi Flick, aferrado a su puesto, y los jugadores, que fueron otra vez humillados por Japón, firmaron autógrafos en el día de práctica posterior al amistoso.
Hicieron el entrenamiento a puertas abiertas, tal como se había planeado previamente, y mostraron buena cara para las cámaras tras un partido espantosamente malo.
Flick todavía era el entrenador de la selección alemana hoy domingo. Pero, ¿por cuánto tiempo más lo será? El martes, el conjunto germano se enfrentará en Dortmund con Francia, subcampeón del mundo.
«Creo que lo estamos haciendo bien y que soy el entrenador adecuado», aseveró Flick, de 58 años, y esa fue la frase del fin de semana en Wolfsburgo que quedará en mente.
En ese estadio del norte del país quedaron patentes los graves problemas, las grietas, el desolador estado de la selección germana, al igual que la desastrosa eliminación en la primera ronda del Mundial, hace nueve meses en Catar.
En aquel momento, la Federación Alemana de Fútbol (DFB) se aferró a Flick, pero desde entonces nada ha mejorado, sino todo lo contrario. La última vez que Alemania cosechó tres derrotas consecutivas fue hace casi 40 años.
En este contexto, la actividad del entrenamiento público en el pequeño estadio del Wolfsburgo parecía surrealista. El cuerpo técnico cumplió el programa para los suplentes como cualquier otro día.
Los titulares, en torno al arquero Marc-André ter Stegen, que fue el mejor jugador de Alemania a pesar de que Japón encajó cuatro goles, aparecieron ante los 2.376 aficionados y luego se retiraron al cercano hotel del equipo.
La selección tenía que prepararse para Francia. «Seguiremos haciéndolo, no hay nada que discutir», declaró Flick el sábado por la noche. «Estamos convencidos de lo que hacemos. Por eso, para mí, esto sigue así».
El entrenador nacional, su equipo, al que ha vuelto a sobrecargar de experimentos, y la DFB -el panorama general es preocupante a pesar de las bellas imágenes de hoy, cuando restan nueve meses para que se dispute la Eurocopa en Alemania-.
El presidente de la DFB, Bernd Neuendorf, guardó silencio. El director deportivo, Rudi Völler, se dirigió a la afición antes del entrenamiento, diciendo que era natural estar presentes y «afrontarlo».
Flick no habló. ¿Será esto una señal de que quizás se está considerando una solución provisional para el partido contra Francia o que tal vez Matthias Sammer ocupe el puesto en vistas de la Eurocopa?
Inmediatamente después de la derrota por 4-1, la danza de nombres alrededor del puesto de Flick volvió a aparecer.
Julian Nagelsmann, exentrenador del Bayern, resultaría caro para la DFB, aquejada de grandes problemas financieros. Jürgen Klopp sigue pareciendo inalcanzablemente ligado al Liverpool. El reformista Ralf Rangnick tiene mucho éxito con la selección nacional de Austria.
El silencio de la jefatura de la DFB sugiere claramente que un plan B aún no está listo, a pesar de los alarmantes resultados. El grupo de trabajo creado apresuradamente tras la eliminación del Mundial de Catar en torno al director deportivo Völler, y el vice de la DFB, Hans-Joachim Watzke, sería el responsable de ello.
