sábado 27, abril 2024
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Los problemas de producción frenan los ingresos por venta de armas en el mundo en 2022, según el SIPRI

Estocolmo, 4 Dic. (EUROPA PRESS) – Los problemas de producción y las demoras frenaron durante 2022 la venta de armas de las principales empresas del sector, según ha indicado este lunes el Instituto Internacional de Investigación Sobre la Paz de Estocolmo (SIPRI), que ha destacado que los ingresos del año pasado fueron un 3,5 por ciento menores que en 2021 «en términos reales», a pesar de que «la demanda aumentó considerablemente».

El organismo ha especificado que el descenso en los ingresos en las cien mayores empresas del sector armamentístico se debió principalmente a la caída de los ingresos en las principales compañías en Estados Unidos, mientras que los ingresos aumentaron «sustancialmente» en Asia, Oceanía y Oriente Próximo.

«Los pedidos pendientes y el aumento de nuevos contratos sugieren que los ingresos mundiales por armamento podrían aumentar significativamente en los próximos años», ha dicho, antes de recordar que la invasión de Ucrania por parte de Rusia y las tensiones geopolíticas a nivel global «aumentaron un fuerte aumento de la demanda de armas y equipos militares en 2022».

Sin embargo, ha explicado que, a pesar del aumento de los pedidos, «muchas empresas armamentísticas estadounidenses y europeas no pudieron aumentar de forma significativa su capacidad de producción debido a la escasez de mano de obra, el aumento de los costes y las interrupciones en la cadena de suministro, agravado por la guerra en Ucrania».

«Además, los países hicieron nuevos pedidos a finales de año y el desfase entre los pedidos y la producción hizo que en 2022 el aumento de la demanda no se reflejara en los ingresos de estas empresas», ha manifestado el organismo en su informe anual sobre la situación de la venta de armas en el mundo.

Así, la directora del Programa de gasto Militar y Producción de Armas del SIPRI, Lucie Béraud-Sudreau, ha sostenido que «muchas empresas armamentísticas se encontraron con obstáculos para adaptarse a la producción que requiere la guerra de alta intensidad», si bien «se firmaron nuevos contratos, sobre todo de municiones, que podrían traducirse en mayores ingresos a partir de 2023».

El SIPRI ha señalado por ello que el aumento «significativo» de los ingresos de las empresas armamentísticas en Asia, Oceanía y Oriente Próximo «demuestra su capacidad para responder a una mayor demanda en un plazo más breve», algo especialmente acentuado en «países en los que las empresas mantienen su capacidad de fabricación siempre a punto, como Israel y Corea del Sur, y en los que las empresas suelen depender de cadenas de suministro cortas».

Caída de los ingresos en EEUU

La situación contrasta con la vivida por las 42 empresas estadounidenses incluidas en el Top 100, cuyos ingresos cayeron un 7,9 por ciento hasta los 302.000 millones de dólares (cerca de 278.000 millones de euros) en 2022, cifra que supone el 51 por ciento del total de las empresas del citado ránking.

El organismo ha detallado que 32 de las 42 compañías estadounidenses registraron una caída interanual de los ingresos por armas, atribuidas «en la mayoría de los casos» a «los continuos problemas en la cadena de suministro y a la escasez de mano de obra derivada de la pandemia de COVID-19».

Nan Tian, investigador del SIPRI, ha reseñado que durante 2022 se registró «una afluencia de nuevos pedidos relacionados con la guerra en Ucrania», si bien «debido a la cartera de pedidos pendientes de estas empresas y las dificultades para aumentar la capacidad de producción, los ingresos procedentes de estos pedidos probablemente no se reflejarán en las cuentas hasta dentro de dos o tres años».

Por su parte, los ingresos de las 22 empresas armamentísticas de Asia y Oceanía incluidas en la clasificación aumentaron un 3,1 por ciento hasta alcanzar los 134.000 millones de dólares (alrededor de 123.300 millones de euros), en el que supone el segundo año consecutivo en el que los ingresos en estas regiones superan a los de Europa.

«La demanda interna y la dependencia de los proveedores locales protegieron a las empresas de armas asiáticas de las interrupciones de la cadena de suministro en 2022», ha destacado Xiao Liang, investigador del Programa de Gasto Militar y Producción de Armas del SIPRI, quien ha explicado que «las empresas de China, India, Japón y Taiwán se beneficiaron de la inversión gubernamental sostenida en la modernización militar».

China contabilizó la segunda mayor parte de los ingresos combinados por país de la lista, con un 18 por ciento. Los ingresos sumados de las ocho empresas armamentísticas del gigante asiático incluidas en la clasificación aumentaron un 2,7 por ciento, hasta los 108.000 millones de dólares (unos 99.400 millones de euros).

Ligero aumento de los ingresos en Europa

En el caso de Europa, los ingresos por armamento de las 25 empresas del continente incluidas en las listas aumentaron un 0,9 por ciento hasta llegar a los 121.000 millones de dólares (aproximadamente 111.355 millones de euros) en 2022.

«La guerra de Ucrania creó una demanda de material para una guerra de desgaste, como munición y vehículos blindados. Muchos productores europeos de estos artículos vieron crecer sus ingresos», ha dicho Lorenzo Scarazzato, investigador del Programa de Gasto Militar y Producción de Armas del SIPRI. «Entre ellos se encuentran empresas con sede en Alemania, Noruega y Polonia», ha detallado.

El SIPRI ha puntualizado que debido a la falta de datos, sólo hay dos empresas rusas en la clasificación de 2022, con una caída del doce por ciento en sus ingresos combinados, al tiempo que ha destacado que «la transparencia entre las empresas rusas sigue disminuyendo».

Por su parte, hay una única empresa ucraniana en la lista, UkrOboronProm, que experimentó una caída del diez por ciento en términos reales en sus ingresos y, «si bien sus ingresos por armas aumentaron en términos nominales, esto se vio más que compensado por la elevada inflación del país».

En lo relativo a empresas españolas, sólo Navantia está en la lista, en la que ocupa el puesto 90 con unos ingresos por armamento de 990 millones de dólares (unos 911 millones de euros), cifra que supone un descenso del 5,3 por ciento en relación con 2021, principalmente debido a la inflación, ya que sus ingresos crecieron en términos nominales.

Por último, las empresas de Oriente Próximo registraron el mayor aumento porcentual en ingresos de todas las regiones, con un incremento interanual del once por ciento para unos ingresos combinados de 17.900 millones de dólares (alrededor de 16.475 millones de euros) entre las siete compañías incluidas en el listado.

Los ingresos totales por armas de las cuatro empresas turcas alcanzaron los 5.500 millones de dólares (cerca de 5.060 millones de euros), un 22 por ciento más que en 2021, mientras que los ingresos totales por armas de las tres empresas israelíes de la clasificación alcanzaron los 12.400 millones de dólares (unos 11.410 millones de euros) en 2022, un 6,5 por ciento más que en 2021.

«Las empresas de Oriente Próximo especializadas en productos menos sofisticados tecnológicamente pudieron aumentar su producción más rápidamente en respuesta al aumento de la demanda», ha subrayado Diego Lopes da Silva, investigador sénior del SIPRI. Un ejemplo sería la turca Baykar, que fabrica el dron Bayraktar TB-2 y que entró en la lista de las Top 100 por primera vez después de que sus ingresos por armas aumentaran un 94 por ciento, la tasa de crecimiento más rápida de todas las empresas de la clasificación.

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