Columna Poliédrica
La inteligencia artificial lo está cambiando todo. Su impacto se está dando en diferentes actividades del ser humano y ello incidirá, de manera general, en las labores productivas de las personas; en otras palabras, la tecnología que incorpora la inteligencia artificial, sustituira los trabajos que implican una actividad repetitiva.
La inteligencia artificial generará desempleo en la población menos educada. Actividades en que el ser humano ha sido necesario para la producción serán sustiuidas por robots, en las actividades repetitivas son más precisos y obviamente no necesitan descansar; ante esta realidad, las personas que se dedican a estas actividades quedarán desempleadas y ello supondrá un problema social para las diferentes sociedades.
Ahora bien, también habrán profesiones más impactadas que otras. Tal y como se ha podido observar el periodismo y dentro de este la construcciones de contenidos y su exposición ya han sido afectados, en especial, los presentadores de noticias serán sustituidos por imagines construidas con inteligencia artificial; ello pone en tela de juicio uno de los aspectos centrales de esa profesión, es decir, la veracidad de las informaciones, no solo en los contenidos sino también en la difusión de las mismas.
Otro sector que ya está siendo afectado es el educativo. Una de las aplicaciones más conocidas de la inteligencia artificial es el ChatGPT, el cual ha impactado en el sector académico; en efecto, lo que antes implicaba para una persona ir a la biblioteca, encontrar la información, leerla, para finalmente redactar un texto en que se exponga la investigación realizado, ahora la inteligencia artificial hace todo ese trabajo en minutos y desarrollando un texto con una redacción que puede pasar como coherente-
Quienes tengan el control de la inteligencia artificial tendrán un poder enorme. Como toda creación humana que impacta el quehacer de las personas, habrá personas que podrán decidir cómo se desarrollará, en que sectores se implementará y a quiénes beneficiarán; obviamente los afectados con esta nueva realidad no tendrán incidencia en las decisiones, pero sí serán los principales afectados con ellas.
La inteligencia artificial llegó para quedarse y mal haríamos en volver la cara para otro lado. Se trata de una realidad que todavía no sabemos bien cómo y de que forma se manifestará en las diferentes sociedades, razón por la cual es necesario un estudio profundo de estos y otros fenómenos que generará la inteligencia artificial; dicho de otro modo, el ser humano tiene un reto enorme en los próximos años para tratar de encausar los impactos de la inteligencia artificial en las personas de carne y hueso.
El devenir de la humanidad se irá configurando en este siglo XXI. Algunos ya no veremos esa realidad, pero guardamos la esperanza que el ser humano pueda entender que para sobrevivir necesitará incluir a todas las personas y no dejar a nadie en el camino.
(*) Andi Mirom es Filósofo
andimirom@gmail.com
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No en balde las potencias mundiales y en especial neoliberales están con la paja tras la oreja, cuando bien podría en una verdadera democracia, en los países subdesarrollados, ser descubiertos en sus usuales triquiñuelas de poder. Por otro lado, los rojos, de por si están aclimatados a ser meros números o fichas en ese especial sistema, donde el rendimiento se mide con otros parámetros. Pero con la IA, no es solo el fomentar el desempleo, sino la incidencia en todas las profesiones, labores manuales y decisiones. Con criterios igualitarios se busca jurisprudencia, se tramita y resuelve en segundos o minutos. O sea, estamos ante el totalitarismo del actuar, donde las grandes cadenas de poder se aprestan, como en Costa Rica a poner frenos, riendas y demarcaciones a ese novedoso instrumento donde la relegada China, ha dejado en el camino literalmente botado a sus eternos competidores. Y hay si estas gentes crean sus propios chips, como se hacen en Taiwán. Serán imparables. Ante ello, nuestro Presidente recibió órdenes expresas del papá de los tomates en hacerle de cuadritos a los ojitos de hendija su aceptación al 5G. Al fin y al cabo, el progreso los arrollará, como planadora, irremisiblemente. Quien no la debe, no la teme.