Naciones Unidas, 6 mar (Prensa Latina) La representante especial de Naciones Unidas para Afganistán, Roza Otunbayeva, consideró hoy enorme el costo para ese país del regreso al poder de los talibanes con un «efecto escalofriante» entre la población femenina en general.
En declaraciones a la prensa, la enviada aseguró que las autoridades de facto quieren reconocimiento internacional pero les resulta difícil cumplir con las normas.
«Hay una parte del gobierno que entiende que deberían superar esto, pero alguien más arriba decidió que no; que las mujeres y las niñas deberían estar entre bastidores», dijo a los medios tras un encuentro del Consejo de Seguridad sobre la situación en ese país.
Al informar a ese órgano, Otunbayeva insistió en la necesidad de revertir las numerosas restricciones a la vida de mujeres y niñas al alertar que cuanto más tiempo duren, más daño provocarán en ese grupo.
La reciente detención arbitraria de mujeres afganas por presuntas violaciones del código de vestuario islámico tiene «un efecto escalofriante» entre la población femenina en general, agregó al respecto la enviada.
Ahora, muchas mujeres temen moverse en público, señaló.
Entre otros desafíos, la población civil afgana enfrenta además muestras públicas de violencia, incluidas las penas corporales y capital, la falta de una gobernanza inclusiva y la marginación de las minorías.
A juicio de la enviada, aunque la seguridad diaria ha mejorado para millones de personas desde la toma de posesión de los talibanes, esto ha tenido un costo enorme.
Aunque la ONU reconoce esto como un aspecto positivo, advierte la necesidad de tratar el acceso a los derechos humanos, civiles, culturales, económicos, políticos y sociales de la población.
Si no se abordan los otros temas, enfatizó la enviada del organismo, los logros en materia de seguridad o la disminución del cultivo de opioides no serán suficientes para garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
Tras la negativa de los talibanes de asistir al segundo encuentro de enviados especiales nacionales y regionales para el país, celebrada en Qatar los días 18 y 19 de febrero, la representante de la ONU consideró que el país sigue siendo un desafío persistente para la comunidad internacional.
Su decisión de no asistir no fue un rechazo de su deseo declarado de comprometerse con la comunidad internacional, sino un reflejo de la preocupación por su supuesta exlusión como una parte interesada plena en las discusiones internas, dijo.
Las autoridades afganas consideraron que las consultas debían ser genuinas y no simplemente una cuestión de que la comunidad internacional les comunicara sus decisiones, añadió.
