lunes 29, abril 2024
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Emergencia de emergencias

Los servicios de emergencias de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), siempre han estado saturados, en cierto sentido es su fin.

Comenzaré por el servicio de emergencias de mi querido HSJD, donde tuve mi formación especializada. En esos años, a principios de 1980, aún en la transición de la JPS A CCSS, este hospital recibía el noventa por ciento de las emergencias del Área Metropolitana, el Hospital México no tenía servicio de emergencias y el calderón Guardia, hoy un hospital de avanzada, funcionaba como un hospital de barrio.

Las guardias médicas eran de doce horas, porque sencillamente nadie soportaba más tiempo en ese mar de gente, puñaleados, accidentados, baleados, cuadros agudos de otro tipo de patología no traumática. Siempre uno de nosotros tenía que valorar: dos horas en el mostrador de emergencias, ahí había que saber lo que urgía pasar a cubículos quirúrgicos o cubículos médicos o cubículos de obstetricia, paralelamente lo que se remitía a la “consulta extemporánea” y lo que se remitía a la consulta externa, además saber qué pasaba directo al quirófano de emergencias.

Frecuentemente no había tiempo para hacer una receta, se le decía al paciente que cruzara la calle y fuera a una farmacia a comprar un analgésico. No hacíamos expediente, no había tiempo, como aún no era de la CCSS, no había secretaria o secretario, todo lo hacíamos los médicos, no solicitábamos “verificación de derechos”, lo importante era el paciente.

En aquellos tiempos era el San Juan el único hospital con un quirófano en emergencias, donde existía todo lo necesario para una cirugía de emergencias, tenía un timbre conocido como “la chicharra”, quien estuviese más cerca lo tocaba y aquel ruido hacía saber a todos que había una verdadera emergencia, todos a una acudíamos y una vez controlado el caso, los que no participaban activamente del procedimiento, se retiraban a seguir en los cubículos.

Desde luego lo que hacía la felicidad de todo el personal médico era que a las doce horas se cambiaba de “grupo de guardia de emergencias”. Esto demoró hasta que unos colegas cabeza caliente propusieron (y lo consiguieron) pasar a guardias de 24 horas, para ganar unas pesetas más, por cierto esos dos promotores se fueron a EEUU poco después y nos dejaron un sistema complicado y muy estresante: éramos seis grupos de guardia y con ese sistema pasamos a cuatro grupos, pero veinticuatro horas en Emergencias del San Juan era demasiado. Aunque realmente nos formábamos como cirujanos salvavidas, ese perfil nos seguiría por siempre, en otros hospitales se nos señalaba como cirujanos que no escribíamos apenas lo necesario, lleno de vocabulario estrictamente médico, eso cuando hacíamos “hoja”, la mayoría de las veces “arreglábamos una fractura o una luxación”, sin nota, apenas un papelito para que fueran a la consulta externa. Todos perdíamos currículum por no hacer “nota operatoria”, en una visita del Jefe de jefes, Guido Miranda (RIP) nos leyó los informes auditados y salíamos por debajo de todos los hospitales, aunque todos sabíamos la verdad, además el Dr. Miranda no gustaba del HSJD. Había un plan para vender las siete hectáreas y construir tres hospitales en la periferia de San José, dichosamente, “Cachimbal” un diputado cartaginés, consiguió que fuera nombrado “Hospital Benemérito”, con eso quedó prohibido venderlo.

De cualquier manera, todos los hospitales calleron en manos de la burocracia de la CCSS, eso cambió el rumbo de la medicina costarricense, golpeando especialmente a los Servicios de Energencias: pasaron a llamarse “Urgencias”, que aunque parece un asunto de semántica, si es verdaderamente diferente, a pesar de la sinonimia que se sigue utilizando.

Es hora de que se realice una modificación de los sistemas de emergencia, que se aumente el número de Personal médico y de enfermería, que se cree un “Manual de Normas Médico Quirúrgicas”, que sea una guía para todo el personal. Hace unos años tuve que asistir a emergencias para un internamiento, seis horas de pie esperando ser llamado, eso no debe ser.

Habiendo buena voluntad, todo se puede resolver, pero durante el gobierno actual mejor olvidemos por dos años esa posibilidad, hay muchos intereses de por medio.

(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es médico

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