Santa Cruz (Bolivia), 29 mar (Sputnik).- Los agricultores de soya en Bolivia pidieron al Gobierno que autorice el uso de la biotecnología para abastecer la producción de biocombustibles en el país y demandaron el pago de precios competitivos por el aceite vegetal, principal insumo del biodiésel, afirmó el jueves el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Fernando Romero.
«El principal incentivo que realmente permitirá aumentar la producción de grano de soya es que los productores tengan acceso a la biotecnología, esto permitiría aumentar significativamente la productividad sin expandir la frontera agrícola, asegurando un suministro adecuado de aceite vegetal para la producción de biodiesel», explicó Romero en contacto con la prensa local.
El Gobierno boliviano puso en marcha el martes la primera de tres plantas de producción de biodiésel en la región de Santa Cruz (este), con miras a generar al menos 12.000 barriles diarios de combustible que aliviarán significativamente los costos de importación de carburante fósil.
El principal insumo de estas factorías estatales por el momento es el aceite de soya, aunque en el mediano plazo se prevé el uso de otros granos como girasol y macororó.
«Cada una de las plantas de biodiésel, según entendemos, tendrá una demanda anual de 70.000 toneladas de aceite vegetal, en este caso van a recurrir a aceite vegetal de soya que es el único disponible y que lo va seguir siendo en el corto, mediano y largo plazo», explicó Romero.
En Bolivia no está permitido el uso de la biotecnología, pero cada vez son más los pedidos de sectores productores para la aplicación de los principios de la ciencia y la ingeniería a los organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos.
Con la producción de biocombustibles, el Gobierno boliviano pretende reducir el alto costo de las importaciones y la subvención estatal de hasta 400 millones de dólares de un total de 1.100 millones de dólares anuales, que representa actualmente.
El aceite vegetal actualmente está destinado a la exportación, por lo que los productores exigieron al Gobierno el pago de «precios competitivos», porque dejarán de vender al extranjero al menos un valor de 70 millones de dólares. (Sputnik)
