Moscú, 29 mar (Sputnik).- La Fiscalía General de Rusia exigió confiscar los activos del quinto productor mundial de pastas alimenticias, Makfa, y empresas relacionadas cuyo valor se estima en unos 46.000 millones de rublos (casi $500 millones), dijo a Sputnik una fuente de los cuerpos de seguridad.
Según esta fuente, se incoaron las demandas contra dos copropietarios de facto –exmiembros parlamentarios Mijaíl Yurévich y Vadim Beloúsov– así como sus familiares y demás personas implicadas en la gestión del grupo.
«Se han descubierto las violaciones de leyes anticorrupción por parte de los exdiputados de la Duma de Estado (Cámara baja del Parlamento ruso) Vadim Beloúsov y Mijaíl Yurévich», explicó el interlocutor de Sputnik.
Yurévich fue miembro de la Cámara baja de 2000 a 2002, ocupó la alcaldía de Cheliábinsk de 2005 a 2010 y se desempeñó más tarde, hasta 2014, como gobernador de la provincia homónima, situada en los Urales. A su vez, Beloúsov fue diputado de la Duma de Estado de 2011 a 2013.
De acuerdo con las leyes en vigor, ninguno de los dos tenía derecho a realizar actividades empresariales en aquellas fechas.
«Una auditoría demostró que Yurévich y Beloúsov eran propietarios de facto de un grupo de empresas comerciales, sin declarar los datos correspondientes ante organismos fiscales», dijo la fuente.
Dicho grupo incluía tres empresas panaderas y de pastas alimenticias que habían pertenecido al Estado ruso y posteriormente dieron origen a dos sociedades anónimas, entre ellas Makfa.
El valor del grupo, que integra hoy una treintena de empresas situadas en varias regiones de Rusia, se estima en 46.000 millones de rublos ($498 millones) y sus ingresos anuales superan los 41.000 millones de rublos ($444 millones).
Se sospecha que Yurévich, mientras ejercía cargos públicos, registró esas compañías a nombre de familiares y el de Beloúsov, que respondía supuestamente por una caja B y el cual también implicó en la trama a varios parientes suyos. De esta manera, los copropietarios de hecho tomaban decisiones claves, multiplicaban y capitalizaban los activos abusando de autoridad y exportaban beneficios ilegalmente.
La pieza clave del grupo era Makfa, hoy el quinto productor mundial de pastas alimenticias y una de las empresas vertebradoras del sector agroindustrial de Rusia.
Tanto Yurévich como Beloúsov son prófugos de la justicia rusa que les investiga por sobornos. Según algunos datos, Yurévich adquirió la nacionalidad de Chipre.
Ambos copropietarios lograron traspasar derechos patrimoniales a ocho entidades con domicilio social en Chipre, lo que aún les permite sacar de Rusia unos 2.000 millones de rublos anuales ($21,7 millones).
«Como resultado, la Fiscalía General de la Federación de Rusia interpuso una demanda ante el Tribunal del Distrito de Cheliábinsk exigiendo que las acciones de sociedades anónimas Max, Smak y otras empresas del consorcio sean expropiadas a favor del Estado. Como medida cautelar se ha declarado el embargo de una parte del patrimonio, además de la prohibición de realizar transacciones con ella», concluyó el interlocutor de esta agencia. (Sputnik)
