México, 18 abr (Xinhua) — Investigadores y estudiantes del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México (Colmex) analizaron de la mano del reconocido arqueólogo chino Li Xinwei las similitudes y diferencias entre el origen de las civilizaciones de China y Mesoamérica.
Li, subdirector general del Instituto de Historia de la Academia China de Ciencias Sociales (CASS, por sus siglas en inglés), impartió el miércoles la conferencia magistral «Origen de las civilizaciones en China y Mesoamérica: una perspectiva comparada», la cual destacó «sorprendentes» semejanzas entre las antiguas civilizaciones de ambas regiones.
En su presentación, Li resaltó la importancia de los textos antiguos como fuente de información sobre la historia temprana de China. De acuerdo con textos antiguos, dijo, «existió una dinastía Shang en torno al área central del río Amarillo».
«Esto es registrado en textos antiguos y casi todos los arqueólogos chinos creen que este registro es verídico», aunque, apuntó, «algunos académicos cuestionan su veracidad», lo que resalta la complejidad y necesidad de un enfoque crítico en el estudio de la historia china antigua.
Li es uno de los líderes del proyecto «Arqueología de Copán, Centro de Civilización Maya e Investigación de la Civilización Mesoamericana». Desde 2015 lidera por la parte china un equipo arqueológico conjunto China-Honduras para investigar el sitio 8N-11 de las ruinas de Copán, en el noroeste de Honduras.
A raíz de los hallazgos que ha tenido el proyecto y sus estudios, refirió en la conferencia que el origen de las civilizaciones en Mesoamérica presenta similitudes notables con la civilización china, como la posible existencia de sistemas de escritura y construcción de estructuras monumentales.
Para el destacado arqueólogo chino, «la parte más interesante» de la investigación comparada entre los orígenes de las civilizaciones de China y Mesoamérica es la iconografía.
«La arqueología mesoamericana cuenta con increíbles artefactos caseros. El arte maya es particularmente fascinante. Los pueblos mayas y olmecas comparten cosmologías similares y creencias religiosas chamanísticas con la antigua China», subrayó.
Sobre la arquitectura de la antigua civilización china, Li explicó que, pese a que no hay hallazgos de pirámides en el sentido tradicional, existen estructuras similares, como «las plataformas utilizadas por la cultura Hongshan».
Este paralelismo arquitectónico, a juicio del investigador, sugiere una posible influencia mutua o convergencia en la evolución arquitectónica de ambas regiones.
Li también hizo hincapié en algunas diferencias entre las civilizaciones. Por ejemplo, mientras que en China se han encontrado algunos vestigios de sistemas de escritura, en Mesoamérica aún persisten dudas sobre la existencia de un sistema de escritura plenamente desarrollado.
Además, señaló diferencias en las estructuras políticas y sociales de ambas civilizaciones, lo que sugiere que, aunque comparten similitudes culturales, también tienen características únicas.
Tanto las similitudes como las diferencias en el origen de las civilizaciones en China y Mesoamérica consagran la importancia de la investigación comparada para comprender mejor el desarrollo histórico y las interacciones de las civilizaciones, consideró el arqueólogo chino.
«La arqueología de Mesoamérica o el conocimiento de las civilizaciones mesoamericanas es muy esclarecedor. Ahora realmente entendemos que, si deseas tener una mejor comprensión de la civilización china, necesitas tener algún conocimiento de la civilización mundial», concluyó.
Nuestro continente fue visitado y explorado por la dinastía Tang en el siglo tercero de la era cristiana. Ellos vinieron a través del más grande de los océanos, el Gran Pacifico. El primer nombre extracontinenteal fue la Tierra del Fusan. Toda esto se puede comprobar a través del Silu (historia) de la dinastía Tang. Para esa época la astronomía china ya llevaba más de 3.000 años de recopilación de datos para la conformación de las cartas astronómicas; lo que les permitía hacer navegaciones basados en los astros.
Ningún país europeo contaba con navegación astronómica hasta 1.434 año en que China le traspasó los conocimientos e instrumentos necesarios para hacer este tipo de navegación astronómica.
La brújula, el gnomo astronómico, la latitud, la longitud terrestre, y el establecimiento del hito astronómico en el hemisferio Sur, la estrella Canope, y la Cruz del Sur, fueron aportaciones chinas. Antes de esto los europeos no navegaban en el hemisferio Sur, ni en mar abierto salvo haciendo navegación costera, como por ejemplo los vikingos que costeando el océano Artico llegaron a Groenlandia.
El descubrimiento de América, como la bautizó M. Waldseemuller en el primer mapamundi europeo de 1.507 , y también el descubrimiento de Australia y Nueva Zelanda son mentiras históricas impuestas por Europa al mundo, pues los europeos fueron los últimos exploradores en llegar a este continente y a la exploración mundial. Para esta época en Europa se construían carabelas y bergantines, con tripulaciones de aproximadamente 40 marineros y sus oficiales en embarcaciones de casco NO SEGMENTADOS con mamparos estancos, lo que los hacía sumamente frágiles en las tormentas y huracanes de Caribe Oriental. Otro dato interesante es que no se encuentra en la historia marítima, ningún barco de avituallamiento y logística para hacer navegaciones prolongadas.
En Bimini, Bahamas, se descubrió un dique en el que los chinos hacían reparación y mantenimiento naval a los juncos, cuya tripulación llegaba hasta los 1.500 marineros y oficiales. Las rocas con que se construyó ese dique son de origen chino determinado por estudios del carbono. Si hay alguien escéptico sobre esto, puede viajar a Bahamas a comprobarlo. Así que claro que hay influencia asiática en nuestra genealogía; amalgamada por los años de relaciones entre China y América.