jueves 2, mayo 2024
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La ingeniería genética, base terapéutica de la medicina

Tuve la dicha de ver gran parte de la evolución de medio siglo de la medicina, medio siglo es suficiente para tener una idea peregrina sobre el ser humano, medio siglo viendo personas enfermas hace que mediante la reflexión evolucionemos mucho, podemos (deberíamos al menos) ser mejores médicos. 

 

El estudio de medicina de quienes me llevan dos décadas era muy tedioso, muy anatomista, tres años de esa materia, claro que existía mucho menos investigación en otros campos que pudiera ser enseñada en las escuelas de medicina, hoy creo que cinco años de carrera teórica es demasiado poco, salvo que se consiga la especialización en todos los médicos. 

 

Hay un desarrollo de la investigación increíble en las últimas dos décadas, aunque la gente se continúa muriendo (y continuará muriendo porque es el fin de esta vida), algunas veces sin diagnóstico. 

 

Regreso al principio del artículo, “tuve la dicha de ver…”, si, ver la gran evolución de la investigación de la biomedicina, aunque nos llegaba poco a nuestras playas, hoy da lo mismo estar en la Facultad de Medicina de Columbia University, en la UCR, en la Complutense o en otra universidad, todo se sabe casi simultáneamente, es decir la era de la información está aquí (la de la desinformación también, pero eso es otro asunto), el periodismo investigativo científico funciona globalmente. 

 

La Gran Peste del siglo XXI (Covid19) nos ha enseñado mucho, pese a haber aún un poco o un mucho de secretismo, sabemos mucho más del ADN y el ARN hoy, que hace dos años, comprendemos mejor el rol de los genes dentro del engranaje biológico, podemos ya apostar por la manipulación genética para curar enfermedades o evitarlas, ya estamos en el umbral de la medicina post moderna. 

 

La física cuántica, que aunque explica casi todos los fenómenos biológicos celulares y ultra moleculares, aún no termina de salir de las pizarras: es muy teórica todavía, pero genera inmensos cambios en el pensamiento médico científico. 

 

Cuando me enamoré de la fisiología humana, hace ya cincuenta años, vi que esa era la materia que tenía que comprender punto por punto para poder entender las enfermedades y las posibilidades terapéuticas, que nunca creí que fueran únicamente de nuestra medicina, no, las posibilidades están en todo, incluyendo la medicina alternativa y la misma acupuntura, nada se puede excluir en la búsqueda de la curación y la prevención de las enfermedades, hablo de curación, la investigación debe caminar paralelamente sin detener las posibilidades terapéuticas. 

 

Hoy día comprendo mejor la razón que me hizo dudar tanto de los “recambios protésicos a granel” dejando de buscar alternativas a la curación del cartílago articular mismo, especialmente en la rodilla (recuerdo a Sir John Charnley cuando dijo en New York en 1981, que había puesto en manos no idóneas el recambio progresivo de cadera). 

 

Todo ha venido evolucionando y la espada de ese Cid Campeador que es la medicina, pasa de unas manos a otras manos y seguirá haciéndolo, esa es la manera en que funciona la existencia. 

 

Hoy con todo el cambio de paradigmas que ha traído la Peste del siglo XXI (o la primera de muchas más pestes), no podemos pasar de largo ignorando qué poco ha podido dar la medicina curativa, basándose especialmente en el soporte ultra especializado en las UCIs, rescatando pacientes gravemente enfermos, tremenda tarea de esos profesionales. 

 

Todavía se discute que si la Ivermectina si o no, pese a los pesares, es decir fuimos incapaces de manejar la Covid como una enfermedad infecto-contagiosa más. Nos aterramos (con o sin razón) y nos encerramos dentro del caparazón del miedo, dejando en manos de los epidemiólogos su manejo, y por ende poniendo en manos de los políticos (las peores manos, por cierto) nuestra seguridad.

La medicina del futuro es una medicina muy científica por un lado y por el otro deberá involucrar todas las terapéuticas tradicionales y no tradicionales, ya basta de defender a ultranza como lo han hecho muchos (algunos cual borregos siguiendo al jefe de la tribu al matadero) a los grandes emporios farmacéuticos mundiales, hijos putativos de los reyes del petróleo. 

 

El desarrollo de vacunas deberá estar en manos de instituciones ligadas completamente a la enseñanza e investigación, primordialmente estatales, delegando desde luego en la empresa privada (la no corrupta) lo que sea necesario para el buen funcionamiento, no podemos hacer cajas y botellas en las universidades, no, cada cosa en su sitio, pero las universidades tendrán que demostrar ser capaces de investigación que redunde en beneficio de todos, solo así se explicarán esos suculentos salarios (de algunos) y la exclusión de inmensas cantidades de gente capaz. 

 

Respecto al currículum vitae de medicina, debería readecuarse a la era de la post modernidad, tenemos que tener en cada médico un verdadero médico, no simplemente un técnico ultra especializado que no sepa sacar una uña.

 

(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico.

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1 COMENTARIO

  1. Los desafíos del presente (Covid 19 incluido) están abriendo las puertas de la medicina del futuro, asentada sobre el despliegue de los grandes conocimientos que nos apartado la ingeniería genética. Gracias doctor Arce por compartir estas reflexiones.

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