jueves 2, mayo 2024
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Usemos el robo

En Costa Rica hay más formas de robo que candidatos a presidente y que partidos políticos.  Pero hablemos solo de las tres formas de robo más mediáticas, cotidianas y grandes en cantidad de unidades robadas en el país:  robo de cable, robo de combustible, robo de objetos de hierro. 

Ya la autoridad ha admitido que no es capaz de parar o controlar estos robos por su complejidad y cuantía y que solo intenta hacerlo.  Cuando lo logra entonces resulta que no se puede poner a los autores a buen recaudo por problemas de hacinamiento carcelario y porque el ordenamiento jurídico tiene más agujeros que un queso Emmental a favor del crimen organizado.  Estas formas de robo vienen martirizando a la ciudadanía ya desde tiempo atrás perjudicando siempre más a quienes menos tenemos, ya se sabe.  Son lo más tico del mundo y no tener los recursos para erradicarlas también, lo más tico del mundo.   También ocurre, claro, que a quienes se coge es a los operativos del rango más bajo;  nunca a los capos, a las organizaciones ejecutivas porque están mejor organizados, mejor armados más ampliamente distribuidos y son más que la autoridad.

Viene a cuento el dicho clásico estadounidense “si no puedes vencerlos alíate a ellos” (if you can’t beat them join them) que no significa hacerse como el enemigo sino, al no tener más remedio, introducirse en el mundo del enemigo con disfraz de enemigo.  Nos allegamos al enemigo, nos ganamos su confianza, nos metemos en su mundo y entonces, ya conociéndolo en detalle, conociendo sus secretos, ganándonos su confianza, se le da el golpe mortal.  Es como funcionan los espías y las agencias de seguridad nacional.  Bueno, lo que en términos más literarios se conoce como ser un caballo de Troya.  Porque todo gigante tiene su puntito vulnerable y con solo tocárselo se desmorona. 

¿Cómo se hace eso?  Bueno, la población ya está acostumbrada a la noticia diaria del robo de cable, del robo de tapas de alcantarilla y rejas y del robo de combustible;  grandes cantidades de habitantes no solo a escucharlo sino a ser víctimas directas.  Estos fenómenos son parte de la cultura costarricense igual que la imposibilidad por parte del Estado de eliminarlos.  Entonces, siendo tan prácticos como los estadounidenses que inventaron el dicho arriba citado, lo primero es meter en el presupuesto nacional los rubros de robo en esas tres modalidades como si fuera una partida para un ministerio o algo así y luego buscar el dinero como si se tratara de fondos para el desarrollo para estar reponiendo continuamente todo lo robado.  Eso sería para atender el desastre inmediato.

Pero entonces en el campo de las tácticas y las estrategias, que el Estado montara negocios clandestinos ya organizados de robo de cable, robo de combustible y robo de hierro por todo el país y comenzara a robar.  Los ladrones oficiales autorizados harían la pantomima de andar ocultándose y huyendo de la autoridad, se harían amigos de los reales ladrones, harían negocios con ellos y se ganarían su confianza.  Y sí, harían todo igual:  se mandarían hacer mansiones sin los permisos, sobornarían a alcaldes, se comprarían vehículos de lujo, todo igual.  Y un buen día ya tendrían acceso al capo de los malos, serían invitados a viajes y reuniones secretos y llegarían a conocer la estructura y el mapa del negocio (por supuesto sin que les guste y se acostumbren…).

Ya dentro y con los datos locales e internacionales se les toca el punto vulnerable (con la ayuda de otros países que sí tienen los recursos de vigilancia y acción 24/7) y listo ¡murió cochino!

Es vergonzoso, denigrante, así como física y emocionalmente dañino para nosotros la magnitud de estos robos en el país, su cuantía, su cotidianidad su impacto.  ¿Cómo pueden manejarse a escondidas clandestinamente las gigantescas cantidades que se roban a diario?  ¿Sin que pueda verse esto públicamente y sin que las policías puedan pararlo?  ¡Ah, precisamente! Porque no hay suficientes ojos para verlo ni cuerpos para detenerlo.  Yo reduciría todo a porque no somos prácticos sino soñadores y románticos que además estamos pagando por el daño con impuestos y en otras formas (“Tras de cuernos palos”). 

Pero sobre todo cruzo los dedos para que -si lo consideraran- no se les ocurriera hacerlo a la tica, que sería poniendo a los diputados a crear y publicitar bien la Superintendencia Costarricense del Robo Subrepticio, nombrando como Director a algún popular Benemérito de la Patria y burocratizando y tramitologizando su funcionamiento al punto en que sería peor para nuestra supervivencia y más caro y perjudicial que el robo de cable, de combustible y de hierro. 

(*) Orlando García Valverde, Traductor-Intérprete Oficial

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2 COMENTARIOS

  1. Ahorita hacen la comisión legislativa de robo de cable, hierro, y combustible; llaman a comparecer a Raymundo y todo el mundo, duran 6 meses agarrados del pelo los diputados, la comisión termina siendo un circo político, y la conclusión es que todo es culpa del PAC…

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