jueves 2, mayo 2024
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Fascismo, guerra y feminismo

El fascismo no tiene género ni raza, tampoco ideología o color de piel, aunque los blancos auto llamados “cristianos arios” lo haya cristalizado con insuperable encono).  Las mujeres no son inmunes a esta desgracia. También han estado al frente de causas reaccionarias. Ellas pueden ser de cualquier raza, nacionalidad o de cualquier condición social.

¿Qué me dicen de Giorgia Meloni en Italia, de Jeanine Áñez Chávez en Bolivia, de Dina Boluarte en Perú, o de la recién reelecta -con una clara y contundente aplastante mayoría- Marjorie Taylor Greene, una loca congresista estadounidense reverenciada en su geografía? 

Este parque jurásico tiene mentoras -unas más vulgares o psicopáticas que otras- como la monstruosa hidra que se llamó Margaret Thatcher, precursora de un cierto neofascismo que se conoce como neoliberalismo: la doctrina económica de la muerte.  Su memoria es siniestra y tan fría como la de Hillary Clinton, quien no tuvo vergüenza en confesar al periodista Juan Gonzales de Democracy Now que sus razones para justificar y apoyar en Honduras el golpe de Estado contra Mel Zelaya y permitir luego la llegada de Juan Orlando Hernandez a la presidencia, un narcotraficante que enfrenta ahora un juicio por esa causa en Nueva York.  A veces, por tecnicismos, la injusticia prevalece: porque la halcón de la Clinton merece una porción del castigo que se le aplicará al exdictador hondureno cuyo régimen es responsable del asesinato de Berta Cáceres. Hasta cierto grado, las manos de Hillary Clinton estan manchadas de terrorismo, delincuencia y narcotrafico. Pero la democracia imperial estadounidense concede inmunidades inmerecidas y a veces se ensaña con el inocente y el justo: Julian Assange.

Hasta el fascismo semita se ha puesto de moda en Israel. El derechista Benjamín Netanyahu hace yunta con formaciones extremistas como Poder Judío, Sionismo Religioso y Noam, junto a los intolerantes y racistas fanáticos de Judaísmo Unido de la Torá y Shas. Junto a Likud, esta coalición conforma una mayoría parlamentaria de 64 escaños. Biden y Blinken tienen sus manos teñidas de sangre al jurarle lealtad al fascismo judio, tal como Pompeo y Trump lo hicieron. Se trata de esclavizar, humillar y diezmar al pueblo palestino. Israel es un Estado paria.

¿Cómo olvidar a la monstruosa mujer, Ayalet Shaked, exministra de Justicia, quien abiertamente justificó el exterminio de los palestinos? Un día antes de que el adolescente palestino Muhammad Abu Khudair fuera secuestrado y quemado vivo por seis jóvenes judíos israelíes, Shaked publicó en Facebook un llamado al genocidio de los palestinos. Entonces, esta siniestra mujer dijo”: «todo el pueblo palestino es el enemigo» y justificaba su destrucción, «incluidos sus ancianos y sus mujeres, sus ciudades y sus aldeas, sus propiedades y su infraestructura», incluso, también pidió la masacre de las madres palestinas que dan a luz a «pequeñas serpientes». Ayalet Shaked no es más pequeña que Hitler. 

¿Y qué decir sobre la India de Narendra Modi y su Partido Bharatiya Janata (BJP), con pretensiones de convertirse en partido único, ya con lineamientos nacionalistas fascistoides no disimulados y cuya violenta política anti islámica incluye confiscación y destrucción de las propiedades de los musulmanes. El inicio del neoliberalismo y el surgimiento de Hindutva (nacionalismo hindú) significaron la sentencia de muerte de la justicia social y económica, lo que ha resultado en frenar la democracia y dar un gran paso hacia el autoritarismo con el apoyo de influyentes mujeres como la ministra Nirmala Sitharaman, y, la presidenta de la India, Draupadi Murmu, ambas leales al extremismo de Modi. 

El fascismo en tiempos del neoliberalismo es múltiple y diverso, y con sus zigzagueos venenosos maniobra de manera híbrida. Y de esta mala empresa participan mujeres perversas e influyentes como Rosario Murillo, cómplice del presidente Ortega. Hoy el fascismo está de moda y le es atractivo a las masas. Tanto así, que el fascismo puede instalarse mediante mecanismos electorales, algo parecido a los continuos y legítimos referendums legítimos que Napoleon Bonaparte convocaba a menudo, a veces con entusiasmo popular,  y que lo hicieron emperador de un vasto e interesante imperio y que, para no ser mezquino o fanático, modernizó a Europa. 

Pero esto enseña que bajo la palabra democracia los mecanismos electorales transparentes pueden contraponerse a las necesidades de justicia y libertad. Elegir con una voluntad autónoma a nuestros representantes es solo una parte del ideal democrático, porque, por otra parte, la mayor tajada reside en el contenido y los frutos justos e igualitarios que la educación y el bienestar material deberán suministrar al ciudadano común en activa consulta colectiva. No lo niego, a veces esta disparidad funcional, esta dantesca distorsión entre la palabra y la vida, me deprime y me arrincona en una suerte de soledad emocional que ve a la razón y a su moral derrumbadas. 

Me acompaña la convicción de que hay  fascismo hay porque la democracia ha fracasado, porque ha incumplido sus promesas de bienestar y paz global, porque se ha traicionado a sí misma, y, al mismo tiempo, conspira contra su nombre, sus ideales y sus objetivos.  La democracia nos adormece con coloridas y floreadas palabras, ornamentos que la convierten en una infame bellaca, espejismo que en el desierto engaña al sediento al imaginar un oasis.

La democracia puede hacer prisioneros y someterlos a la oscuridad, como en Platón y el Mito de la Caverna: Están atados de manera tal que solamente pueden mirar hacia el frente, donde se encuentra la pared de dicha cueva en la que se proyectan unas sombras engendradas por un fuego situado en un pequeño promontorio interior y que ilumina unas figuras transportadas por otros hombres que caminan por un sendero, tras los prisioneros, y separado de éstos por un pequeño muro, como las mamparas de los titiriteros. Estos caminantes llevan esculturas y figuras diversas, hechas también de diversos materiales, cuyas sombras son lo único que los prisioneros del fondo pueden ver, de forma que, para ellos, que no conocen otra cosa, aquellas sombras, son la verdadera y única realidad, y a ellas atribuyen los sonidos y palabras proferidas por los hombres que, tras ellos, transportan las figuras proyectadas.” (Enciclopedia Herder) 

La humanidad todavía no reacciona lo deseable contra la ciclópea amenaza de hoy. Vivimos aprisionados en una caverna.  Entre tenebrosas la ignorancia y la crueldad multiplican su mala hierba. El mal está a la vista: África, gran parte de Asia, y de América Latina y el Caribe, son lugares donde las metrópolis sancionan al pobre y al inmigrante a pesar de que dichos imperios criminalizaron y esclavizaron a los nativos de sus colonias. La desvergonzada Francia se vengó imponiendo a Haiti una deuda de reparacion, castigándola por abolir la esclavitud y declararse independiente, que sumaba 560 millones de dólares actuales, pagos que se hicieron en 64 años, con la complicidad tácita de Estados Unidos y Europa. 

Y la democracia (la que de hecho existe y no la declamada en declaraciones políticas y libros de texto), exhibe con hipócrita sonrisa sus miserables fronteras, con sus torres y helicópteros. La democracia urge una radical revolución democrática si la humanidad no quiere perecer en el hueco cósmico de la nada. La democracia militarista, plutocrática, hipertecnología que amenaza la seguridad y la privacidad ciudadana, la concentración del conocimiento y las industrias esenciales monopólicas o con  pocos dueños, sin dejar de lado la miseria, las enfermedades de las masas y las guerras, nos retratan el fracaso de la democracia y el imperativo de que las masas la reinventen con sus sans-culottes y sus jacobinos.

El “feminismo” no es una palabra mágica.   Existen múltiples tendencias feministas.  Pero el feminismo que cuenta para la justicia de la humanidad deberá ser siempre revolucionario o no lo será nunca. El feminismo de la revolución social debe ser libertario, antifascista y anticapitalista en las tradiciones de Pepita Laguarda, Libertad Rodenas, Carmen Lyra, Dora María Téllez, Virginia Bolten, Angélica Balabanov, Rosa Luxemburgo, Juana Rouco Buela, Emma Goldman, María Talavera, Juana Belén Gutiérrez, Leonor Villegas Magnón, etcétera ad infinitum.

 

No basta con la desgastada denuncia del milenario patriarcado. Mientras el capitalismo exista  como ahora existe (con democracias injustas, imperiales y violentas) y que nos secuestran al borde de la extinción,  con opresores y oprimidos, con un analfabetismo político masivo y un terror militar ilimitado, las mujeres no se liberarán de sus múltiples y ultrajantes opresiones. Tampoco lo hará la humanidad, ni el planeta con su alicaída naturaleza. Entiéndase, por lo mismo, que la carnicería en Ucrania en nada conviene a las mujeres, ni a los niños, ni a los ancianos, ni a nadie de la calle. No puedo adivinar lo que va a ocurrir. Quisiera, eso sí, que los tres grandes psicópatas de esta guerra (Zelensky, Putin y Biden), pactaran ya una paz duradera en los términos que sean.

(*) Allen Pérez es abogado

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10 COMENTARIOS

  1. Hablar de Israel con tal mezquindad y ligereza es una falta de respeto, le recomiendo ir a visitar a esos musulmanes asesinos y tratar con ellos, son los mismos que ponen a sus compatriotas cómo escudos humanos, asesinan a sus mujeres, engañan con su coran, con falsa religiosidad matan al que piensa diferente….Palestina no es país….es parte de Israel y el desconocimiento que usted hace del conflicto llamando fascista a Israel es un gran error don Allen Pérez

    • La deriva fascista del estado de Israel es de suyo evidente, son más antisemitas que los viejos nazis puesto que asesinan a otros semitas que ocupaban ese territorio antes que ellos. Su cinismo va contra las mejores tradiciones del humanismo judío y universalista de la Europa anterior al fascismo, adoptaron el camino de la «solución final» contra el pueblo palestino, cuyo exterminio no cesa.

  2. El mundo ha sido y seguirá siendo eso que describes. Si la libertad y la responsabilidad no se ponen juntas en la vida de cada pesona, gobernadas por el respeto y el amor en su mejor expresión, lo demás no dará nunca frutos. Pero lo contrario estará siendo utilizado egoístamente con fines diversos, no comunes.

  3. Annie Ernaux, la novelista francesa ganadora del Premio Nobel de Literatura de 2022, con sus testimonios familiares en la Normandía de principios del siglo XX, las duras y precarias condiciones de vida de los campesinos y los obreros franceses de entonces, a quienes a pesar de las distancias culturales que tomando de sus padres, permaneció fiel a ellos y siempre dio testimonio de la clase social de la que provenía y la española Almudena Grandes, fallecida en 2021, autora de extraordinarias novelas como TODO VA A MUJER siempre estuvieron comprometidas con las luchas del pueblo, del proletariado y del campesinado, desenmascarando la hipocresía y las mentiras del mundo capitalista. No se trata del feminismo burgués y sus disparates, además de su tácita complicidad con las fuerzas más reaccionarias, tampoco la amenaza neofascista y la ultraderecha desatada en estos años son cosa de juego.

  4. Annie Ernaux, la novelista francesa ganadora del Premio Nobel de Literatura de 2022, con sus testimonios familiares en la Normandía de principios del siglo XX, las duras y precarias condiciones de vida de los campesinos y los obreros franceses de entonces, a quienes a pesar de las distancias culturales que fue tomando de sus padres, permaneció fiel a ellos y siempre dio testimonio de la clase social de la que provenía y la española Almudena Grandes, fallecida en 2021, autora de extraordinarias novelas como TODO VA A MEJORAR siempre estuvieron comprometidas con las luchas del pueblo, del proletariado y del campesinado, desenmascarando la hipocresía y las mentiras del mundo capitalista. No se trata del feminismo burgués y sus disparates, además de su tácita complicidad con las fuerzas más reaccionarias, tampoco la amenaza neofascista y la ultraderecha desatada en estos años son cosa de juego: nos conducen hacia la guerra y la destrucción.

  5. Mi querido amigo Allen: esta pelea la llevamos perdida, el fascismo nos robó la vuelta presentándose con ropajes ajenas, tal y como previó alguna vez el escritor británico Aldous Huxley en distopía totalitaria de un mundo feliz o la dictadura perfecta. por mencionar la pesadilla orwelliana. La dictadura peruana, esa de Dina Boluarte y su premier Alberto Otárola que empezó traicionando a su propia gente de Apurímac, una mujer quechuahablante que decía ser de izquierda, no sólo es una traidora sino que odia a los aymaras de Puno (PUNO NO ES EL PERÚ, la gran pregunta es y ella ¿que o quién es? o qué representa?, al menos la dictadora Yanine Yáñez de Bolivia nunca evidenció otra cosa que no fuera su fascismo desembozado, su racismo y su ignorancia supina). Mientras tanto casi toda la patética izquierda costarricense y regional guarda un silencio tan colosal sobre lo que ocurre en el Perú, es tan intenso y profundo que llega a ser audible para quienes aún no hemos perdido el sentido común y la mínima decencia, Vuelven la espalda a la realidad y clavan el pico sobre la arena, a semejanza del avestruz, ignorando los acontecimientos del Perú, donde un pueblo está siendo masacrado y perseguido por los fascistas que han lanzado los tanques y el ejército a las calles de Lima y otras ciudades, llegando a cerrar los parques y otros espacios a esa población serrana y quechuahablante o aymarahablante a la que tanto temen. En cambio, hablan de los hechos políticos de la vecina Nicaragua ignorando la descarada acción del imperialismo que distorsiona todo el cuadro político regional con su actitud hegemónica y prepotente, pareciera que la serpiente se muerde su propia cola o la escena surrealista se salió de la pantalla o del escenario teatral.

  6. FE DE ERRATAS. Mi querido amigo Allen: esta pelea la llevamos perdida, el fascismo nos robó la vuelta presentándose con ropajes ajenas, tal y como previó alguna vez el escritor británico Aldous Huxley en distopía totalitaria de un mundo feliz o la dictadura perfecta. por no mencionar la pesadilla orwelliana.

  7. Pero el fascismo si tiene ideología, es la misma del capitalismo, el dirigente búlgaro Jorge Dimitrov y otros marxistas lo definen así: «Es la dictadura terrorista abierta que desatan los grandes monopolistas y financieros cuando asumen definitivamente las riendas del Estado al llegar el capitalismo a su última fase», ese arroz con mango que hace usted metiendo a Rosario Murillo como fascista nada que ver, todo lo contrario, ha perdonado a 222 terroristas enviándolos al regazo de sus patrocinadores en el intento de golpe de estado de abril, mayo y junio de 2018.

  8. La señora Hillary Clinton tiene manchadas las manos con la sangre del pueblo hondureño y de muchos pueblos del Medio Oriente. La halcona de los demócratas sigue por ahí paseando su impunidad, a veces me pregunto ¿qué habría pasado si ella hubiera ganado las elecciones presidenciales de 2016? La pesadilla sería infinitamente más terrible y sanguinaria. Los neofascismos y los feminismos burguesas arrastran muchos crímenes en sus espaldas.

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