domingo 28, abril 2024
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Salvar a la C.C.S.S. (III)

Es fácil decir y difícil hacer, decía con frecuencia mi padre, acerca de la toma de decisiones políticas: casi todas son amañadas, entre el poder económico y el poder político.

Realmente la mayoría de nuestras desgracias como nación, nacen de esa lucha de poder, entre el gran capital y el poder político (en la historia de Roma esa lucha comenzó cuatro siglos A.C.) esa lucha es despiadada y los ochenta por ciento restantes quedamos convertidos en un sándwich, debatiéndonos entre ellos.

Hoy los grupos de poder son muchos, ocupan el lugar de los “cortesanos” de Luis XVI, aunque sin título nobiliario su pie nos aplasta diariamente y su botín de charol nos golpea la espalda: salieron de todas las guaridas para debutar en ese tipo de alta sociedad, que se empoderó desde la revolución industrial y sobrevivió al imperio nefasto de los Habsburgo, las guerras napoleónicas, la gran guerra, la revolución roja, la Segunda Guerra Mundial, la guerra fría y la globalización del neoliberalismo.

Pues simple, si queremos que la CCSS vuelva a tener sensibilidad humana, tendremos que vencer esos parásitos inhumanos, arrebatarles las desiciones y cambiar los esquemas funcionales. No es realmente imposible, es una posibilidad que únicamente nosotros podríamos recuperar y la mayor herencia que les podemos dejar a nuestra desendencia.

El verdadero problema está en la “burocratización” que la institución ha sufrido, pero se puede sin necesidad de hacer una guerra, todo está en convencer a algunos líderes políticos, que el poder no lo van a perder, el poder económico no está ahí, al revés una Institución remozada es una gran atracción para los inversionistas y una vacuna contra el socialismo enfermizo del siglo XXI, démosle a la sociedad el derecho de disfrutar de lo que paga mes tras mes.

Si no salvamos a la CCSS, todo, absolutamente todo, se irá al diablo y perderemos los plebeyos y ellos, los aristócratas sociales. Podríamos hacer una lista de “debe” o “debemos”, no, con un grupo multidisciplinario se puede organizar una “hoja de ruta”, que lleve el barco a una ensenada segura y salgamos todos beneficiados.

El actual gobierno podría ser, no dudo que tenga muchas cualidades, pero no conozco su ánima moral y fortaleza.

Un enemigo inmenso de un plan de reestructuración son los grandes evasores de la CCSS, comenzando por el gobierno central, habría que hacerlo en etapas, para que no sientan miedo, desde luego hay muchas alternativas para lograrlo, pero inicialmente solo funcionaría un grupo “ad honorem” de estudio multidisciplinario que se aboque a efectuar un plan nacional de reestructuración de la CCSS, para favorecer salud y pensiones.

(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico

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