Naciones Unidas, 6 Jun. (EUROPA PRESS) – El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha condenado este martes el ataque contra la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, en Jersón, consecuencia directa, ha dicho, de la invasión rusa de Ucrania, si bien ha matizado que no disponen de «información independiente» sobre cómo se produjo.
«Naciones Unidas no tiene acceso a información independiente sobre las circunstancias que han llevado a la destrucción en la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka. Pero una cosa está clara: se trata de otra consecuencia devastadora de la invasión rusa de Ucrania», ha dicho Guterres ante los medios.
Así, ha calificado de «monumental catástrofe humanitaria, económica y ecológica» las consecuencias que este ataque –que rusos y ucranianos se achacan– está provocando en Jersón, Nova Kajovka y otras 80 ciudades y pueblos a lo largo del río Dniéper, según ha apuntado el secretario general.
«Inundaciones masivas, evacuaciones a gran escala, devastación medioambiental, destrucción de cultivos recién plantados», así como «amenazas añadidas a la muy amenazada central nuclear de Zaporiyia», ha enumerado.
«Al menos 16.000 personas han perdido ya sus hogares y el suministro de agua potable está en peligro para muchos miles más», ha alertado Guterres, quien ha informado de que Naciones Unidas y sus socios humanitarios ya han puesto en marcha el operativo correspondiente para ayudar al Gobierno de Ucrania.
La tragedia de hoy es un ejemplo más del terrible precio de la guerra para las personas (…) Esto debe terminar. Los ataques contra civiles e infraestructuras civiles críticas deben cesar. Debemos actuar para garantizar la rendición de cuentas y el respeto del derecho internacional humanitario», ha remarcado.
Por último, Guterres ha vuelto a hacer un llamamiento en favor de «una paz justa» y en consonancia con la Carta de Naciones Unidas, el derecho internacional y las resoluciones de la Asamblea General.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha acusado a los «terroristas rusos» de la destrucción de la presa, lo cual ha sido rechazado por el Kremlin, que en palabras de su portavoz, Dimitri Peskov, el ataque ha sido un «claro» y «deliberado» acto de sabotaje planeado y ejecutado por el «régimen de Kiev».
