jueves 2, mayo 2024
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Exvicepresidente boliviano García Linera advierte triunfo de derecha si se quiebra el MAS

Santa Cruz (Bolivia), 10 oct (Sputnik).-  Álvaro García Linera  fue vicepresidente de Bolivia durante 14 años y compañero de fórmula del expresidente Evo Morales (2006-2019), bajo la sigla del mayor partido de izquierda del país, el Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP). Su gestión fue interrumpida por el golpe de Estado de 2019, cuando Jeanine Áñez (2019-2020) asumió el poder.

Hoy, alejado de la política, avocado a la docencia universitaria, producción literaria y análisis político, hace una lectura de la actual situación política que vive el país sudamericano, cuando el MAS-IPSP corre el riesgo de fragmentarse por el choque de los liderazgos entre Morales y el actual presidente izquierdista Luis Arce.

PREGUNTA: ¿Cuál es la coyuntura política que vive Bolivia en la actualidad, tomando en cuenta que la mayor organización política -MAS- muestra señales de división?

RESPUESTA: Hoy tenemos en Bolivia dos fuerzas ideológicamente y políticamente diferenciadas: las fuerzas progresistas y de izquierda, que en los últimos 18 años lograron unificarse en un único proyecto que se llama el Estado Plurinacional, y fuerzas conservadores, diversas, con varios partidos, varias cabezas, que buscan un regreso a las formas neoliberales y de sometimiento colonial.

La novedad del último tiempo es que al interior de este gran bloque social que se formó han comenzado a surgir fisuras, fisuras internas cada vez más grandes, que amenazan con dividir. No doy por un hecho la división, pero evidentemente, lo más probable es que, de seguir este curso de enfrentamiento interno, se puede asistir a una división de este bloque popular entre dos cabezas más visibles: el liderazgo histórico y social de Evo Morales -líder indigena- y la otra cabeza sería el actual presidente Luis Arce, quien, sin ser un líder social e histórico relevante, ocupa la Presidencia y eso le da fuerza y presencia en la vida política.

Estas dos cabezas, que estuvieron juntos hasta 2021, desde el 2022 comenzaron a separarse, a enfrentarse, a atacarse mutuamente en torno a un tema central: quien será el futuro candidato presidencial en 2025.

Yo creo que la fisura al interior de este bloque social no es un tema de divergencia de propuestas políticas, sino fundamentalmente de quién va a ser el candidato el 2025. Y, en vez de haber encontrado un camino de articulación de ambos, que tienen legítimo derecho a ser candidatos, en vez de buscar la fórmula para lograr una sola candidatura, en vez de haber hecho eso, se enfrascaron en una batalla que es cada vez es más intensa y aguda, de separación y, aunque faltan dos años, hoy por hoy estamos ante el riesgo de una fractura de este bloque.

Aunque en lo personal creo que todavía hay opciones. Faltan dos años para encontrar un mecanismo o algoritmo que garantice la unidad de este bloque de izquierdas. De no lograrlo, habrá una ruptura.

P: ¿Se puede hablar de una reconciliación futura, tal vez una dupla Evo-Arce? Porque en Bolivia nada está dicho hasta el último momento…

R: Todo puede pasar en dos años, pero, claro, cada vez pasa más tiempo y las heridas que se están provocando entre los sectores que apoyan a uno y otro son más intensas. También el malestar. Aunque a la gente de a pie no le interesa esta pelea de élites, poco a poco puede ir generando una desafección. Hay varias fórmulas para encontrar la unidad. Una es la que menciona: Evo-Luis, dirimir en unas primarias que por ley deben realizarse. Las primarias son una elección entre los militantes para conocer quién tiene más apoyo. En fin, hay varias opciones, pero que debían resolverse entre los dos líderes Evo y Luis a fin de que no se concretice esta fractura del bloque popular.

P: Me imagino que estuvo siguiendo el Décimo Congreso Nacional del MAS-IPSP, donde se determinó la «autoexpulsión» del presidente Arce del partido y se ratificó a Morales en el liderazgo. ¿Qué opina de estas conclusiones?

R: Creo que lo central del congreso era mantener la sigla del partido del lado de Evo y lo ha logrado, y garantizar la presidencia del partido para Evo y lo ha logrado. El tema de la candidatura para el 2025 también fue aprobado, pero el mismo Evo relativizó el significado de eso, porque dijo que hay que ir a Primarias. Entonces, dejó la puerta abierta para seguir dialogando sobre este tema, pero el control de la sigla MAS y el partido es algo que Evo peleó mucho y va a seguir peleando, porque le da una plataforma de seguir articulando espacios políticos y territoriales.

Sobre la expulsión, hubo una equivocación en la información difundida. No se habla de que el MAS expulsó al presidente Arce, sino que se informa la «autoexpulsión». No hay «autoexpulsión». Es un sinsentido gramatical… Si va a haber alguna expulsión, no es el congreso donde se expulsa, sino en la Comisión de Disciplina y Ética del MAS, que tiene que definir en las próximas semanas.

P: El presidente Luis Arce no asistió al congreso por considerar que hubo ausencia de organizaciones fundadoras del MAS-IPSP. ¿Quién debe dirimir la propiedad de la sigla del partido? ¿O puede haber dos MAS-IPSP

R: Es muy complicado, porque eso va a quedar en manos del Tribunal Supremo Electoral (TSE), a pesar de que Evo cumplió los procedimientos que están en el estatuto del MAS. Hay ahora una serie de interpelaciones y denuncias judiciales, y esas denuncias sobre la ilegalidad del congreso, etcétera, no lo va a dirimir el mismo partido. Quien dirime eso es el Órgano Electoral (Plurinacional, al que integra el TSE entre otros).

Tarde o temprano, de continuar esta pelea judicializada por la propiedad o por la dirección o por el mando dentro del partido tendría que derivar hacia el Órgano Electoral y ahí es complicado saber lo que va a suceder. El Órgano Electoral es la única instancia estatal encargada de validar o reconocer la legalidad de las estructuras políticas, que compiten por cargos públicos. Lo terrible es que se haya entrado en la judicialización de la política, donde todo puede suceder. Por eso lo importante sería un acuerdo político antes de que sea esta judicialización de la política la que dirima quién es el legítimo poseedor de la sigla MAS.

P: ¿Por qué se apresuró tanto la carrera electoral en Bolivia? Aparentemente les gusta a los bolivianos tener una vida política intensa y activa.

R: Por no haber sabido tener un mecanismo institucional e interno dentro del MAS de cómo administrar la transición. En cualquier parte de América Latina, la transición del líder carismático hacia el nuevo líder de ese bloque social, o el regreso del líder carismático, siempre estuvo marcado por muchas tensiones y conflictos. Fíjese en Ecuador (con Rafael Correa y Lenín Moreno).

P: ¿Este es el curso que siguen los partidos grandes?. Por ejemplo, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), que era un partido hegemónico en 1950, finalmente se término dividiendo en facciones.

R: Pareciera ser el curso natural de un partido cuando se va rutinarizándose, cuando pasa del momento carismático y explosivo de los grandes levantamientos al momento administrativo, que es el que estamos viviendo hoy e igual vivió el MNR.

El MNR también se dividió, no por diferencias estratégicas, sino de liderazgos. Todos querían ser presidente: Víctor Paz Estensoro (1952-1956, 1960-1964, y 1985-1989), Hernán Siles Zuazo (1956-1960, 1982-1985) , Juan Lechin Oquendo (vicepresidente entre 1960 y 1964) y Guillermo Bedregal Gutiérrez, y formaron muchas (facciones) del MNR.

Y en el MAS, de no mediar una lucidez histórica de los líderes, pudiera derivar en esas facciones de líderes. Entonces, ciertamente podríamos llegar a la posición del MNR 60 años atrás, aunque no es un curso inevitable. Siempre es posible que la política adquiera otro rumbo.

Ahora, ¿qué pasa con la derecha boliviana? ¿Hay alguna figura que haga sombra a Evo o Luis? ¿Eva Copa, alcaldesa de la ciudad de El Alto, Johnny Fernández, alcalde de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra o Manfred Reyes Villa, alcalde de la ciudad de Cochabamba?

Si es que (los políticos de derecha) se unen y el MAS se divide, pueden ganar. Son muy ambiciosos y cada cual quiere ser «cabeza de ratón y no cola de león» y por eso siempre están fracturándose, todos se creen imprescindibles aunque sean pequeños. Pero pudiera ser que comiencen a actuar conjuntamente.

Si se fija, ya nos están dando una muestra. Hoy ningún líder de derecha se mete en la disputa del MAS. La consigna es no meterse. Es interesante, están divididos, cada cual pelea su pequeño espacio, pero entendieron que hay cosas comunes que los pueden unir. En este caso no meterse en la pelea del MAS y dejar que nos acuchillemos entre masistas.

Un gramo de inteligencia los puede llevar a aprovechar este momento de fisura en el MAS.

Pero el gran problema de la derecha es que la gente ya sabe lo que quieren hacer. El gobierno golpista de Jeanine Añez (2019-2020) mostró lo que quieren hacer: botar (echar) a las mujeres indígenas de pollera de las plazas públicas, quemar la wiphala (bandera indígena) y saquear a las empresas estatales. Por último, no hay renovación de su proyecto a futuro. No tienen propuestas nuevas ni modelo de reforma del Estado. Quizá ahí está el principal problema.

P: ¿Usted tiene pensado volver a la política, si lo invitan? ¿Cómo se ve en el 2025 en las elecciones generales?

R: No, para nada. Públicamente, desde hace tres años dije que no pienso participar en ningún cargo público. Soy un militante, quiero que mi partido gane en 2025, pero yo no participo por un motivo estructural para mi. Hoy es tiempo de administrar lo que hemos diseñado en 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010.

El diseño de la economía, de Estado y sociedad, se hizo esos años, y hoy hay que administrar. Yo no soy para eso, me siento útil cuando hay que rediseñar la economía, el Estado y la sociedad, ahí creo que puedo aportar. Eso se da solamente en momentos de grandes estallidos sociales, de grandes levantamientos como en 2003 (Guerra del Gas), soy un hombre de esos momentos de gran efervescencia popular.

Hoy no son esos tiempos, quizás no se den en mucho tiempo. Si se da y estoy en vida, ahí me va a ver y ahí me gustaría participar. (Sputnik)

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