Quito, 5 feb (Sputnik).- El equipamiento militar que Ecuador se dispone a canjear a EEUU por armamento moderno supone un desafío del gobierno de Daniel Noboa a Rusia, en su alineación con la agenda de Washington, aseguró a la Agencia Sputnik el catedrático Pablo Dávalos, exviceministro de Economía (2005).
«Esto supone un desafío a Rusia, pero demuestra que el presidente Noboa está comprometido absolutamente con la agenda geopolítica de EEUU y que no se separa un milímetro de las directrices que EEUU. ha generado para el gobierno ecuatoriano y para el presidente ecuatoriano», afirmó Dávalos, catedrático en la Universidad de Cuenca y la Universidad Andina Simón Bolívar.
Además, estimó que Noboa espera el apoyo de EEUU en el «conflicto armado interno» declarado por él frente al accionar de los grupos de delincuencia organizados y, una vez que logre su triunfo militar, ello le podría «significar el pasaporte para ganar las elecciones en 2025».
Según medios ecuatorianos, los artefactos bélicos que la administración Nobora quiere entregar a EEUU como «chatarra» serían 6 sistemas lanzacohetes DM-21 y seis RM-70, así como 34 cañones antiaéreos ZU-23-2 de 23 mm.
A su vez, el sitio digital Infodefensa.com asegura que Ecuador entregaría seis helicópteros tipo Mil –Mi-171 y 17-1V, además de seis sistemas múltiples de lanzamiento de cohetes Rostec (Splav) BM.21 y seis Excalibur Army SPol RM-70 y 34 sistemas de defensa antiaérea de corto alcance KBP ZU-23-2 de 23 x 152 milímetros, entre otros.
Se presume que Estados Unidos enviará este armamento a Ucrania, luego que anunciara conversaciones con varios países de la región para comprarles las armas rusas y enviarlas a ese país, pero gobiernos como Colombia, México y Brasil se negaron al pedido, para evitar atizar el conflicto bélico.
El embajador de Rusia en Ecuador, Vladimir Sprinchan, dijo en entrevista con la televisión de su país que el interés de ese armamento estaba en aquellos que sabían manejarlo, en clara alusión a las tropas ucranianas.
Decisión irreflexiva
La portavoz del Gobierno ruso, María Zajárova, cuestionó la semana pasada que Washington adquiera este equipamiento bélico como «chatarra» y acceda gustoso a desembolsar unos 200 millones de dólares en armamento de avanzada a Ecuador.
Zajárova afirmó en rueda de prensa que Rusia supone que «la parte ecuatoriana haya tomado la decisión tan irreflexiva bajo la serie presión de las personas concernidas del exterior».
En tanto, el Gobierno de Rusia advirtió a Ecuador que, de dar ese paso, estaría violando el acuerdo firmado en 2008 entre las partes.
El Servicio Federal de Cooperación Técnico-Militar (FSMTC) de Rusia precisó que la transferencia de bienes militares rusos a un tercero por la parte ecuatoriana es inadmisible y violatoria del derecho internacional, en particular del artículo 4 del Acuerdo entre ambos gobiernos sobre la cooperación técnica y militar, rubricado del 27 de noviembre de 2008.
El expresidente ecuatoriano Rafael Correa (2007-2017) cuestionó que Noboa llame «chatarra» a los helicópteros rusos MI-17 y dijo que ello constituye «un insulto a la inteligencia».
«¿Para qué querría EEUU «chatarra»? Tan solo buscan eludir la prohibición de venta de armamento y puede constituir hasta peculado», advirtió Correa, quien durante su mandato impulsó las relaciones con Rusia y visitó ese país en 2013, cuando se reunió con el presidente, Vladimir Putin, y firmaron varios acuerdos.
Para Dávalos, la actitud de Ecuador «apunta a generar un conflicto con Rusia, esto es una provocación directa a Rusia».
El máster en Economía por la Universidad de Lovaina (Bélgica) y doctor en Economía por la Universidad Grenoble-Alpes (Francia) consideró que el gobierno de Noboa se alinea también con Washington en su intento de aislar a Rusia y cortar sus aprovisionamientos.
A ello se suma, dijo, que Noboa estaría apuntando también a enfrentarse a Venezuela, siguiendo la agenda geopolítica impuesta por Washington.
Noboa adelantó que no aceptará los futuros resultados de las elecciones presidenciales de Venezuela, tras la inhabilitación de la candidata opositora María Corina Machado.
El mandatario ecuatoriano ha justificado que su país también está en una «guerra» luego de la más reciente ola de violencia desatada el pasado 7 de enero y que lo llevó a decretar el «estado de excepción» para intentar tomar el control de las cárceles y de las calles.
Además, ha insistido en que dará paso a la transferencia de equipamiento bélico «de cualquier manera», aunque no quiere romper las relaciones con Rusia, al tiempo que asegura que la entrega del equipamiento inservible no va contra ningún acuerdo.
La canciller de Ecuador, Gabriela Sommerfeld, ha defendido el derecho de su país a vender, regalar o intercambiar este armamento, supuestamente obsoleto, y ha dicho que esta es una de las formas de cooperación que les ofrece Washington, lo cual «no es ilegal».
El propio Dávalos señaló en sus redes sociales que, tras la firma en 2022 de la Ley de Asociación entre EEUU y Ecuador, este país suramericano «forma parte ya de la seguridad nacional norteamericana, lo que implica un control, seguimiento y monitoreo más exhaustivo y permanente desde el gobierno norteamericano sobre el país».
Esto significa, precisó, que el sistema político ecuatoriano no puede salir de esas coordenadas de la seguridad nacional norteamericana, aunque lo desee.
Apunta que, una vez inscrito en esas coordenadas, Ecuador debe posicionarse contra los enemigos de EEUU de forma activa, entre ellos Rusia, pese a que Quito y Moscú tienen una balanza comercial que supera los 1.000 millones de dólares en exportaciones a la nación eslava.
«El Plan Ecuador supone que se deben crear las condiciones para romper diplomática y comercialmente con este país a pesar del costo comercial que ello implica. EEUU ya ha movido las fichas en ese sentido al obligar al Ecuador a enviar a Ucrania armamento que Rusia había vendido al país en años anteriores, bajo la figura de exportación de chatarra militar. Así, el Ecuador se involucra de manera directa en la guerra de Ucrania y del lado de EEUU y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), sin ser miembro de esta organización y se exponen a las obvias represalias de Rusia», señaló Dávalos.
Ecuador lleva la peor parte
El catedrático aseguró que Ecuador llevará la peor parte en estas disputas geopolíticas, porque tiene mucho que perder, no así Rusia, el cuarto destino de las exportaciones no petroleras de esta nación sudamericana.
«Rusia no tiene absolutamente nada que perder, pierde un poco menos que flores y camarones y nada más. Ecuador pierde muchísimo, pierde millones de dólares y eso es bastante de dinero», alertó Dávalos.
El impacto, sin embargo, no solo sería para estos dos renglones económicos en un contexto de crisis económica y de inseguridad, sino que afectaría la dolarización.
Al ser un país dolarizado, que vive de la exportación, se perdería la estabilidad monetaria, avizoró el experto.
Lo primero que tendría que hacer Ecuador, en su opinión, es comenzar inmediatamente es buscar a dónde vender sus productos, ante la pérdida eventual de ese mercado.
Según la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), entre enero y noviembre de 2023 las exportaciones no petroleras hacia Rusia sumaron 841 millones de dólares, equivalentes a una reducción de 1 porciento respecto al mismo periodo del 2022.
Las estadísticas de Fedexpor precisan que Rusia es el primer destino de las exportaciones de banano y plátano, y el segundo si se cuenta a la Unión Europea como un solo mercado.
Entre enero y noviembre de 2023 fue enviado a Rusia el 20 por ciento de banano y plátano exportado, lo que representó para el país 690 millones de dólares.
Otros productos principales que se exportan a Rusia son camarón, café, cacao en grano y productos de la pesca, los cuales sumaron 145 millones de dólares de exportación en los 11 meses del año pasado.
En tanto, las relaciones comerciales entre Ecuador y Rusia dejan un saldo favorable en balanza comercial de 721 millones de dólares entre enero y noviembre de 2023, agrega Fedexpor.
En las últimas horas, Rusia anunció que suspenderá desde este 5 de febrero la importación de banano que hacen a ese país varias empresas ecuatorianas, debido a la presencia «moscas jorobadas» en bananas procedentes de este país andino.
La empresa rusa Rosselkhoznadzor ha solicitado también la suspensión de la certificación de claveles ecuatorianos, una semana antes de las ventas por el Día de San Valentín y el Día de la Mujer en el mercado ruso, lo cual generaría pérdidas cuantiosas para los exportadores ecuatorianos.
Esos anuncios han sido considerados en Ecuador como una represalia de Rusia a la decisión de Noboa de vender equipamiento a EEUU, que podría ser enviado a Ucrania para ser utilizado en el conflicto contra las tropas rusas.
«Se perderán 1.000 millones de dólares por las sanciones que impondrá Rusia a las exportaciones de Ecuador. El alineamiento a la agenda de Washington pasará factura. Noboa le pone al país al filo del abismo. La Asamblea (Legislativo) debe reaccionar», alertó Dávalos desde la red social X.
Para el economista, Noboa hace intromisión en un conflicto que no le compete a su país, con tal de reverenciar de forma absoluta la agenda estadounidense y aún a riesgo de dañar su intercambio comercial con Rusia. (Sputnik)
